Raiers de la Pobla de Segur rememoran el oficio dedicado al transporte fluvial en el 47º descenso por el Noguera Pallaresa

07 de julio de 2025 a las 10:03h

Como ya es tradición cada primer fin de semana del mes de julio desde hace 47 años, La Pobla de Segur acogió ayer domingo uno de los acontecimientos más destacados de El Pallars Jussà. Se trata de la bajada de rais en el marco de la Diada dels Raiers. Desde la presa de Llania, cuatro rayos han saldo a las doce de la mañana para navegar 6 kilómetros hasta el puente del Claverol. "Algunos han chocado o se han partido, pero los hemos rehecho. Había bastante corriente y al final lo hemos salvado. Un buen trayecto", ha dicho Roger, uno de los chorros que ha participado en el descenso.La Diada dels Raiers y el descenso por el Noguera Pallaresa se celebran en conmemoración al antiguo oficio que transportaba la madera de los bosques pirenaicos hasta la llanura a través de los ríos.

La Pobla de Segur ha celebrado este domingo el acto central de la Diada dels Raiers. Cuatro rais han salido de manera escalonada desde la presa de Llania bajo la atenta mirada del público expectante. El primer y tercer rayo se han accidentado durante el recorrido, aunque finalmente han podido llegar a destino. El segundo rayo ha llegado entero, mientras que el cuarto se ha embarrancado en el tramo final.

"Ha ido muy bien. Una bajada con mucha agua y muy divertida" ha valorado el Marc, uno de los participantes de la bajada, quien también ha apuntado que "algunas embarcaciones han chocado y se han desmontado, pero las hemos arreglado y hemos llegado". Asimismo, el chorro ha apuntado que el caudal de agua ha impedido "ver bien algunas rocas".

La novedad de este año ha sido la bajada de cuatro embarcaciones, todas de tres tramos, si bien el año pasado bajaron cuatro embarcaciones, tres de tres tramos y una de dos. Hacer uno de los rayos más grandes ha sido posible por el incremento de participantes. Según la vicepresidenta de los chorros del Noguera Pallaresa, Marta Oliva, "esto quiere decir que hay ilusión y jóvenes que se quiere involucrar". Precisamente, uno de los chorros veteranos, el Roger, ha destacado que "es una fiesta que la sentimos mucho. Está muy arraigada en el pueblo y el día que llega sientes un gran orgullo".

El descenso de rais también es un evento que destaca por la presencia de un público numeroso. Mientras que hay visitantes que observan el tradicional descenso desde los diferentes miradores habilitados a orillas del río, otros prefieren ver la bajada desde el puente del Claverol y sus entornos.

"Para nosotros es muy positivo que haya gente que le guste la tradición rayera. Forma parte de nuestra cultura y que la gente lo valore es un éxito", ha apuntado Oliva, quien también ha señalado que el atractivo de la jornada es su carácter "imprevisible". "Bajamos con embarcaciones de madera y siempre pueden haber accidentes. Nunca sabes cómo acabará", ha explicado.

La bajada de chorros y la posterior comida de hermandad ponen el punto final a tres días de fiesta en el marco de la festividad con conciertos, actividades culturales y mercados.

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