Las construcciones de piedra seca tienen un gran valor histórico y son un auténtico referente identitario en muchos territorios donde predominan. Las comarcas de la llanura de Lleida, como el Segrià, el Urgell, las Garrigues o la Segarra, conforman uno de los territorios con más densidad de construcciones de este tipo de toda Cataluña. En este sentido, han configurado a lo largo de los siglos unos paisajes agrícolas y ganaderos de gran valor dominados sobre todo por el olivo, la viña, el almendro y los cereales, plenamente adaptados a los suelos y al clima.
Los muros de piedra seca, por su parte, además de formar bancales o delimitar parcelas, constituyen ricos ecosistemas para muchas especies animales (insectos e invertebrados, anfibios, réptiles y pequeños mamíferos y también algunas especies de aves que nidifican) y vegetales (helechos, líquenes y musgos). Existe un estudio muy exhaustivo por parte del Observatorio del Paisaje de Cataluña, que responde a la necesidad de estudiar el paisaje, elaborar propuestas e impulsar medidas de protección, gestión y ordenación del paisaje de Cataluña en el marco de un desarrollo sostenible.
En los pequeños y sinuosos valles de las comarcas más meridionales de Lleida, el hombre ha tardado siglos en dominar el terreno, trabajándolo lentamente con sus propias manos para convertir cada pequeña ladera en un campo estrecho para plantar olivos, trigo, almendros o viñedos. No toda aquella arquitectura que debemos preservar son iglesias y castillos, y esto mismo consideró la Unesco cuando el pasado 2018 declaró que las construcciones de piedra seca son Patrimonio de la Humanidad. Hablamos de miles de muros y cabañas levantadas por los habitantes de estas y de muchas otras regiones del Mediterráneo, de una arquitectura popular práctica, hecha con cuidado y sacrificio para mayor gloria de la supervivencia cotidiana de sus autores. Aunque sea en estas comarcas donde la piedra seca es más visible y común, podemos encontrar pequeñas joyas escondidas en los rincones más insospechados. Cada región, cada cultura, cada pueblo la desarrolló a su manera según sus necesidades y con las piedras que tenía a su alcance.
En Ponent se encuentran construcciones de piedra seca por todo el territorio y sobre todo en los secanos de las Garrigues, del Urgell y del Segrià. Algunas de las construcciones en piedra seca más destacables del territorio son las más de 1.000 cabañas de vuelta que se han inventariado en la comarca de las Garrigues. También destaca el Centro de Interpretación de la Piedra Seca, situado en Torrebesses, como un espacio para descubrir la técnica de la piedra seca y su vinculación con la vida rural así como una exposición sobre la piedra seca. Además, organiza salidas por el término para conocer las construcciones de piedra seca, que los agricultores han ido construyendo a lo largo de los años, principalmente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Aljibes para el almacenamiento de agua, espones y cabañas de vuelta y explican también la relación entre el trabajo de la piedra, el aprovechamiento del agua y las herramientas empleadas para trabajar la piedra.
La piedra seca, o piedra en seco, es una técnica constructiva que utiliza la piedra del entorno como material básico, sin mortero (ni arcilla, ni cal, ni yeso, ni cemento) entre piedras.
Se ha desarrollado, principalmente, en las zonas agrícolas con pendiente (laderas de colinas y montañas), para nivelar las superficies cultivadas (bancales). Esta técnica permite el drenaje del agua de la lluvia a través de las piedras que, al no embalsar el agua, se vuelven muy estables. Es una técnica básica, simple y primitiva.
El origen de esta técnica es muy antiguo, desde la aparición de la agricultura (neolítico), pero la mayor parte de las muestras que podemos encontrar hoy por hoy son de los siglos XVIII, XIX y de comienzos del XX. Los motivos que desencadenaron una especie de fiebre constructora en piedra seca, sobre todo a mediados del siglo XVIII, fueron las penurias y el hambre que sufría la población y el cambio de sistema de propiedad, que permitió a los agricultores más humildes poseer una pequeña extensión de tierra (antes erial o de pasto) pero a la vez les obligó a dedicar una cantidad de esfuerzo incalculable para hacerla productiva.
La Diputación de Lleida cuenta con un espacio web sobre piedra seca en Ponent, que forma parte del proyecto Ponent Actiu del Patronato de Promoción Económica de la Diputación de Lleida y es una herramienta que pone en valor la técnica milenaria de la piedra seca, así como la promoción turística en torno a este arte de gran valor histórico y de construcción del paisaje de Ponent.
Precisamente, durante esta misma semana y hasta el 3 de diciembre se está celebrando en Torrebesses la 4a Semana de la Piedra Seca, con más de un centenar de actividades, y que también se celebrará por diversos lugares de Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andorra. En la cuarta edición del evento se han superado nuevamente el centenar de propuestas, entre las cuales hay: exposiciones, charlas, jornadas, salidas, talleres de construcción con técnica de piedra seca y voluntariados de reconstrucción de márgenes y barracas o de limpieza del entorno de barracas. Además, hay muchas propuestas de descubrimiento del territorio y de las construcciones de piedra seca a través de rutas y visitas guiadas, caminatas, excursiones o rutas combinadas con catas de productos locales.
La Semana de la Piedra Seca nació en el año 2020 de la mano de la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Zona Norte-Oriental de Cataluña – ADRINOC. En el año 2022 Micropueblos y el Ayuntamiento de Torrebesses toman el relevo en la organización del evento con el objetivo dar voz y valor al patrimonio de piedra seca, su oficio y técnica; así como el importante tejido de entidades, colectivos y personas voluntarias en que se sustenta el conocimiento, la divulgación y el mantenimiento de la piedra seca.