La mítica discoteca Big Ben de Golmés (Pla d’Urgell) volverá a abrir a finales de 2024. Así lo han anunciado los nuevos propietarios, la firma Búnker, que ya disponen de diferentes establecimientos de restauración y ocio en la zona. El complejo, con capacidad para 5.000 personas, se volverá a poner en marcha por fases y durante el primer semestre del año abrirán la cafetería y el restaurante.
En mayo está previsto abrir las carpas exteriores, donde este martes ya se realizaban trabajos de limpieza de vegetación. Big Ben fue una discoteca referente en Ponent y Cataluña, pero los cambios de tendencias en el ocio nocturno y la falta de clientes motivaron su cierre en julio de 2015. Ahora abrirá unas 15 sesiones al año donde se quiere mantener su “esencia”.
La representante del restaurante Búnker, Romina Andrioli, ha explicado que la operación de compra de la discoteca Big Ben comenzó en 2019 y que se ha alargado durante todos estos años por diversos obstáculos burocráticos.
Finalmente, ha remarcado que han conseguido hacerse con la "joya de la corona" de la zona y ahora esperan recuperar el espíritu que durante tantos años la situó como un referente del ocio nocturno. Aunque Andrioli no ha precisado el importe final que han pagado por el complejo ni tampoco la cantidad de dinero que prevén destinar, la instalación estaba a la venta por 1,3 MEUR.
La discoteca abrirá a lo largo de una quincena de sesiones al año, para fechas señaladas como pueden ser las fiestas de Navidad, carnaval o la Castañada.
En este sentido, se harán fiestas temáticas para diferentes generaciones y la previsión es volver a programar actuaciones de reconocidos artistas de ámbito internacional. También se quieren recuperar elementos que fueron muy recordados como la famosa lámpara de la pista central que tenía movimientos. Todo ello acompañado de tecnología digital.
En este sentido, el responsable de la empresa que se encargará de hacer la reforma, Esteve Niubó, ha explicado que a pesar de los años que lleva cerrada, el edificio está en buenas condiciones para volver a abrir. No obstante, habrá que adaptarlo a la normativa vigente de seguridad y realizar las remodelaciones adecuadas para ser operativo, así como reponer todos los elementos que han sido sustraídos.
El alcalde de Golmés, Jordi Calvís, ha puesto en valor que cuando el complejo cerró en julio de 2015, desde el consistorio se insistió a la entidad bancaria en la necesidad de que hubiera vigilancia permanente para evitar que el edificio se acabara degradando o incluso hubiera ocupaciones. Esto ha permitido una mínima conservación que ahora avala la reapertura, ha añadido.