La acusada de clavar una copa de cristal en el cuello a la expareja de su marido, en la terraza de un bar del paseo de Ronda de Lleida, ha reconocido que se discutieron y pelearon pero niega haber roto una copa de cristal y haberla atacado en el cuello con la intención de matarla. La acusada no ha descartado la posibilidad de haberle hecho un corte en el cuello a la otra mujer ya que la empujó sobre la mesa y se cayó la copa de cerveza que estaba tomando pero "fue ella quien me provocó, yo sólo me defendí, no quería hacerle nada", ha dicho. La fiscalía le pide nueve años de prisión por un delito de tentativa de homicidio ya que considera probada la voluntad de matar basándose en la zona donde se produjo la herida, en el cuello, y en las declaraciones de dos testigos que aseguran que gritó que la quería matar. El ministerio público pide, alternativamente, cinco años de prisión por un delito de lesiones. La defensa, en cambio, considera que esta presunta voluntad de matar no ha quedado demostrada ya que, tal y como han declarado las forenses, la herida del cuello, a pesar de estar cerca de vasos sanguíneos, era superficial y sin riesgo vital. Pide además que se le apliquen los atenuantes de actuar bajo los efectos del alcohol y de obcecación.
La acusada es una mujer de 44 años vecina de Alcarràs (Segrià), que se encuentra en prisión de forma provisional desde que fue detenida, por herir de gravedad a otra mujer, también de 44 años y vecina de Lleida, durante una pelea que tuvo lugar la noche del 1 de octubre de 2016 en la terraza de un bar situado a la altura del número 39 del Paseo de Ronda de la capital del Segrià. Durante el juicio, que ha tenido lugar este jueves en la Audiencia de Lleida, la acusada, la denunciante y los testigos han explicado versiones diferentes entre sí ya que mientras que la acusada y uno de los testigos ha declarado que hubo una discusión previa; la víctima y otro testigo han asegurado que la acusada atacó de golpe a la denunciante sin decirle nada. Todos excepto la acusada, sin embargo, han declarado que cogió una copa de cristal, la rompió y se la intentó clavar en el cuello varias veces, aunque sólo lo consiguió una, y que fue uno de ellos, cliente del bar de al lado, quien se puso en medio de las dos y paró la agresión. La víctima, que era la expareja la pareja actual de la agresora, tuvo que ser trasladada al hospital Arnau de Vilanova de Lleida por los cortes que presentaba en el cuello y en un brazo, al intentar defenderse, efectuados con una copa rota. La fiscalía pide también que la acusada indemnice a la víctima con 7.200 euros por las lesiones sufridas.
