Esta madrugada, un fuerte viento ha causado numerosos desperfectos en Vielha, la principal localidad de la Val d'Aran, con un centenar de nichos dañados en el cementerio de Sant Miqueu y otros daños en infraestructuras de la ciudad. Además de los desperfectos materiales, también se han vivido escenas sorprendentes en las montañas de la zona, donde la lluvia de barro ha teñido de marrón la poca nieve que quedaba, dejando imágenes poco habituales para la temporada.
Daños en el cementerio y mobiliario urbano
Los efectos del ventolón han sido especialmente devastadores en el cementerio de Sant Miqueu, donde el viento ha causado la caída de una parte del techo de una pared lateral y ha afectado a un centenar de nichos. Este incidente ha conmocionado a los vecinos y vecinas de Vielha, ya que es uno de los espacios más importantes para la comunidad local.
Además de los daños en el cementerio, el ventarrón ha desplazado y arrancado mobiliario urbano por toda la villa, desde bancos hasta señalizaciones. También ha causado la caída de vidrios de la fachada de la sala polideportiva de Vielha, añadiendo más preocupación a la situación.
Medidas de seguridad
A consecuencia de los daños, el alcalde de Vielha, Juan Antonio Serrano, ha informado que se han tomado diversas medidas de seguridad. Los espacios infantiles exteriores han sido cerrados de manera preventiva, y también se han bloqueado tres calles de la villa para evitar que los vehículos y peatones circulen por zonas de riesgo.
Serrano ha pedido a la ciudadanía que respete las señalizaciones y cumpla las normas de seguridad establecidas para garantizar la seguridad de todos, ya que la situación continúa siendo delicada y se prevén más ráfagas de viento.
La lluvia de barro y las montañas teñidas de marrón
Además de los daños materiales en Vielha, otro fenómeno meteorológico ha llamado la atención. La lluvia de barro que ha caído en la zona ha dejado una imagen sorprendente en las montañas que rodean la Val d'Aran y el Pallars Sobirà. La nieve que quedaba acumulada en las cotas altas se ha teñido de marrón, dando lugar a un paisaje poco común y una visibilidad inusual para esta época del año
Uno de los lugares más afectados por este fenómeno ha sido el Port de la Bonaigua, que es una de las cotas más altas de la N-230 y un punto clave para la circulación entre la Vall d'Aran y el Pallars. Los turistas y vecinos han quedado sorprendidos ante esta imagen, que no se veía desde hacía muchos años.
Los servicios meteorológicos locales han alertado de que se prevé que las condiciones meteorológicas continúen siendo adversas durante las próximas horas. Rachas fuertes de viento y la posibilidad de algunos chubascos más de barro podrían seguir afectando la zona, por lo que las autoridades locales recomiendan extremar las precauciones y seguir las instrucciones de los agentes de seguridad.