El proyecto de un parque en el solar de Joc de la Bola se incluía en el Plan Parcial de 1987 y ha sufrido muchas modificaciones. Finalmente, treinta años después el parque veía la luz: en 2015 el Ayuntamiento y la Fundación Sorigué firmaban un convenio de colaboración para la creación de un Parque de las Artes, centrado en un jardín de esculturas al aire libre sobre 17.000 m2. Se creó una Comisión de trabajo y dicen que durante este tiempo Sorigué se desvinculó del proyecto. Queda pendiente conocer los porqués de este convenio y comisión de trabajo.
Y es que dado el alto coste del parque ideado, 1.700.000€, se decide que para sacarlo adelante hay que hacer concesión a 50 años de terreno público sobre una tercera parte del solar para construir un equipamiento de titularidad y gestión privada. Privatizar una tercera parte de este espacio público, una constante en este equipo de gobierno. Esto es lo que se aprobó en el último pleno. El proyecto también cayó como un jarro de agua fría sobre los vecinos y vecinas, que reaccionaron con rapidez organizándose bajo la Plataforma "Fem el Parc entre Tots!" para parar este proyecto y defender al cien por cien el uso público del terreno.
Al grupo municipal la Crida-CUP les preocupa una nueva privatización del espacio público de 6000m2 que debería destinarse a parque. Se privatiza ya que, tal y como se dijo en su día por parte de la Paeria: "Considerando que para desarrollar el proyecto habrá que efectuar una inversión muy importante se propone buscar un proyecto complementario que actúe como motor y que posibilite la inversión necesaria para materializar el Parque de las Artes y, en este sentido, se propone establecer una ordenación de los espacios de manera que se permita la incorporación de un uso de equipamiento privado como complemento de la actuación". Privatizan para poder materializar el convenio de colaboración para la creación de un Parque de las Artes en la ciudad firmado en 2015 entre el Ayuntamiento de Lleida y la Fundación Sorigué.
La CUP asegura que les indigna cuando el gobierno municipal pone en marcha proyectos magnánimos como este, actuando con opacidad, con secretismo, con desconsideración hacia los vecinos y vecinas, pero tampoco se sienten sorprendidos, afirman. Conocen la praxis de construir espacios públicos de carácter cultural sólo a cambio de la renuncia de solares. Para empezar, la Llotja, un edificio que sobrepasa las posibilidades de mantenimiento y gestión del gobierno municipal, se alzó a cambio de concesión de espacio, y privatizando la gestión con nefastos resultados como en los últimos meses ha salido a la luz.
El proyecto del Parque de las Artes es una operación urbanística de las mismas característiquas que el de la Llotja. Hay otras operaciones similares: el Ekke donde se perdió el complejo deportivo del Camp d'Esports, símbolo de la modernidad de los años treinta, y que hoy es 100% privado.
Iniciativas titánicas como el Magical, un espacio inaccesible sin impacto sobre la industria. Otros ejemplos de proyectos no finalizados, como el Arboretum, y otros que no han salido a la luz, como el Parque de los Pitufos. Grandes proyectos, grandes fracasos, muchos de ellos, que ni a cambio de terreno público funcionan. Nula política cultural, inexistencia de planificación, incapacidad de gestión, enormes y bellas fachadas que están vacías por dentro.
La Crida-CUP asegura que la inversión en la cultura y el ocio no se crea con grandes continentes, sino con inversión y fomento de grandes contenidos. La barrera que separa los proyectos del gobierno y el diálogo con la ciudadanía impiden que haya espacios donde desarrollarlos. Desde la Crida-CUP apuestan por la implicación y participación vecinal como ejes vertebradores de la política municipal. Con una inversión pública que haga empujar proyectos viables económicamente y funcionalmente.
Espacios realistas, cercanos, que generen disfrute, conocimiento y puestos de trabajo dignos, sin renunciar ni a un solo trozo de terreno municipal. Por eso, la apuesta de la CUP por este proyecto es la de un parque público que solucione el estado actual del espacio, pero que resulte viable económicamente sin necesidad de recaer en este mal vicio del gobierno municipal de sobredimensionar proyectos a cambio de privatizaciones constantes. Un proyecto que escuche las necesidades vecinales, y que abra miras hacia esta necesaria relación entre planificación urbana, social y cultural que defienden.