El acusado de haber efectuado compras en páginas de Internet con tarjetas de crédito de otras personas ha asegurado que no ha engañado a nadie ni ha cometido ninguna estafa, sino que compra las tarjetas por Internet con 'bitcoins' en páginas donde se venden libremente. "No soy ningún delincuente", ha declarado este miércoles en el juicio celebrado en la Audiencia de Lleida. El acusado, un vecino de Lleida, de 43 años y nacionalidad camerunesa, ha dicho que desconoce si las tarjetas que se comercializan por Internet y que él compra son robadas. La fiscalía le pide tres años de prisión y una multa de 3.000 euros por un delito continuado de estafa porque considera probado que ha gastado de manera fraudulenta más de 60.000 euros en compras entre 2014 y 2016, aunque el acusado ha negado que la cifra sea tan elevada. La presunta estafa la destapó un banco al detectar 207 operaciones sospechosas de uso de tarjetas de crédito fraudulentas. De éstas, sin embargo, según han declarado los Mossos d'Esquadra, sólo seis compras las relacionan directamente con el acusado.
El acusado ha declarado que en Internet hay páginas que venden tarjetas de crédito y también particulares. Según ha explicado, él paga por ejemplo 300 euros por disponer de los datos de una tarjeta de crédito y él se gasta con esta tarjeta por Internet 500 euros. Él asegura que desconoce si se trata de tarjetas robadas o no o si después los titulares de las tarjetas reclaman a su banco por estas compras que ellos no han hecho, ya que son compras hechas en Europa y las tarjetas son de titulares internacionales, como Estados Unidos o América Latina. Que en todo caso, sin embargo, considera que es una práctica legal. Los agentes han declarado que cuando registraron el piso del acusado, en Lleida, se encontró una habitación llena de objetos presuntamente comprados con estas tarjetas de crédito de manera fraudulenta, como perfumes, ropa, zapatos o aparatos electrónicos. Además, en su ordenador se le encontraron siete cuentas de correo electrónico e imágenes de tarjetas de crédito, pasaportes y documentos de identidad manipulados así como numerosos localizadores de Renfe con los que se habrían comprado billetes. Sobre las imágenes de documentos oficiales manipuladas, el acusado ha dicho que es una persona "curiosa", que le gusta aprender cosas nuevas y que estaba practicando con programas de edición de imagen. En cuanto a los objetos encontrados en el piso ha explicado que los compraba en páginas baratas para después revenderlos para ganarse la vida. En cuanto a los billetes de Renfe los Mossos no han podido concretar si los había comprado para él o para revenderlos porque no son nominales aunque han concretado que habría 13.000 operaciones e y 256 localizadores e Renfe. Tampoco saben cuánto dinero podría haber estafado a través de los billetes de Renfe. Los 60.000 euros que calculan que se gastaron a través de tarjetas de crédito robadas no incluyen los billetes de tren. La defensa solicita la absolución al considerar que no hay suficientes pruebas que demuestren la presunta estafa, que la investigación está incompleta y que ninguno de los titulares de las presuntas tarjetas usadas de manera fraudulenta lo han denunciado.