El abogado alega que no hay pruebas que demuestren que es el autor

21 de junio de 2017 a las 16:47h
La defensa del acusado de matar y descuartizar en 2011 a un compatriota suyo en Lleida ha destacado en sus conclusiones que no hay pruebas que demuestren que J. de los S., de origen dominicano, es el autor del crimen. Según el abogado, todas las pruebas científicas presentadas durante el juicio lo único que han demostrado es quién era la víctima pero no quién o qué personas fueron las responsables de su muerte. La fiscalía reconoce que no existen pruebas directas que demuestren que el acusado fue el autor del crimen pero destaca que sí las hay indirectas, suficientes para declarar al acusado culpable de homicidio y profanación de cadáver. Entre ellas, los rumores de la comunidad latina de Lleida que ya comentaban que el acusado había matado a la víctima y había huido. También, la sangre de la víctima encontrada en el piso del acusado, su huida precipitada así como las confesiones de algunos testigos en su primera declaración judicial. El ministerio público también ha insistido en las contradicciones y mentiras de los testigos, ya que según las localizaciones del teléfono móvil explicadas por los Mossos, el acusado no estaba donde decía estar.
El juicio al acusado del crimen y a otro hombre acusado de encubrirlo debía alargarse hasta el viernes. Las declaraciones de los testigos y las conclusiones de las partes, sin embargo, han terminado este miércoles a las dos y media del mediodía. Está previsto que mañana jueves el jurado popular delibere y haga público su veredicto. La fiscalía pide casi trece años de prisión (doce años y medio por homicidio y cinco meses más por profanación de cadáver) al acusado del crimen y dos años de prisión más para el compañero sentimental de su hermana, O. C., de 34 años en el momento de los hechos, a quien acusa de encubrimiento al considerar que le ayudó a huir del país. La fiscalía ha dedicado una hora y cuarto a explicar al jurado popular, formado por cinco mujeres y cuatro hombres (más dos mujeres suplentes), por qué mantenía la acusación contra los dos hombres. Considera probado que uno de ellos mató y descuartizó a la víctima y el otro lo encubrió. Ha dedicado parte de su exposición a hablar de los rumores que se escuchaban entre la comunidad latina. Antes de que se hiciera pública la aparición de restos de un cuerpo en el río Segre, entre los latinos de la zona de Lleida donde vivían acusado y víctima ya se rumoreaba que el acusado del crimen había matado a la víctima y había huido, ha asegurado la fiscal. También considera significativa su huida precipitada. Aunque el acusado explicó que se marchó porque tenía una orden de expulsión, la fiscal ha dicho que, si bien era cierto que no le habían prorrogado la residencia en España porque se había quedado sin trabajo, no consta en la causa que le hubieran enviado ningún documento ni ninguna carta de expulsión. El ministerio público también ha hecho referencia a las confesiones de varios testigos, tanto sus hermanas como un sobrino suyo y también el otro acusado y que hicieron en su primera declaración en el juzgado cuando fueron detenidos. Todos ellos dijeron que el acusado del crimen les había explicado qué hizo y que tenía que marcharse del país. Durante el juicio, sin embargo, han negado estas afirmaciones y han dicho que las dijeron porque querían marcharse a casa y la única manera de hacerlo era explicando los rumores que habían oído ya que se habían sentido presionados por la policía. Durante la tercera jornada del juicio, antes de las conclusiones de las partes, han declarado varios peritos forenses y policiales de Lleida, Barcelona y Madrid, que participaron en el caso con el análisis de las pruebas encontradas o con entrevistas con los acusados. De sus intervenciones la defensa ha destacado que no se han encontrado restos de ADN del acusado ni en los restos del cadáver ni en la ropa encontrada de la víctima, que no ha aparecido el arma homicida y que tampoco se ha podido establecer la causa de la muerte, ya que no ha aparecido el tronco del cadáver y los forenses han negado que en el cráneo se localizara ninguna lesión compatible con la muerte. Precisamente, la defensa entiende que no hay suficientes pruebas que demuestren que el acusado cometió el crimen y pide su absolución. Además, ha apuntado que fueron como mínimo otras dos personas que vivían en el piso ocupado (que están desaparecidas) quienes mataron a la víctima y aprovecharon que el acusado no estaba en su piso para inculparlo, dejando pruebas en su piso y aprovechando que víctima y acusado se habían peleado dos días antes. El otro abogado, que defiende al acusado de encubrimiento, ha pedido la absolución de su cliente porque, según ha explicado, acompañó al otro acusado a Barcelona porque quería marcharse ya que no tenía papeles. Además, ha añadido, no se le puede juzgar por encubrimiento ya que es familiar del acusado y según la ley, no se puede acusar de encubrimiento a un familiar directo. La fiscalía mantiene que los acusados no eran familia aunque la defensa y el mismo acusado aseguran que era la pareja sentimental de la hermana del acusado del crimen y por tanto eran cuñados. Cronología del juicio El juicio comenzó el lunes con la declaración de los dos acusados, que negaron los hechos. Según el escrito de la fiscalía, el crimen se cometió el 26 de junio de 2011. El acusado del crimen, J. de los S., de origen dominicano y de 39 años en el momento de los hechos, explicó que reservó un billete de avión para marcharse de España al día siguiente del crimen (aunque no consiguió volar hasta el 29 de junio de 2011) porque se había quedado sin trabajo, no tenía papeles y tenía una orden de extradición. Negó que su intención fuera huir e insistió en que ni mató, ni descuartizó ni tiró al río a la víctima, de 51 años. "No puedo reconocer algo que no he hecho", declaró. El lunes también declararon una veintena de Mossos d'Esquadra, entre ellos el responsable de la investigación, que hizo un relato detallado de toda la investigación. El jefe de investigación explicó que, entre otros, se encontraron restos de sangre de la víctima en el piso del acusado, en el piso de la víctima y en el tramo de escaleras que separa los dos pisos. Además, añadió, se produjeron muchas llamadas telefónicas la madrugada del crimen entre el acusado de los hechos y sus familiares y que el encausado huyó de manera "precipitada". El martes los médicos forenses confirmaron que las partes del cuerpo encontradas en el río Segre entre julio y octubre de 2011 pertenecían a la misma persona y que los cortes se efectuaron post-mortem el mismo día de la muerte con tres herramientas diferentes; una sierra, un hacha y un cuchillo de hoja lisa, dependiendo de la parte del cuerpo. Estos mismos forenses también establecieron que la persona había muerto entre 36 horas y 10 días antes de encontrar la pierna derecha, el 5 de julio de 2011 y añadieron que identificaron a la víctima por las huellas dactilares del brazo encontrado y por la prótesis dental del cráneo, ya que tenía antecedentes policiales y estaba fichado. El martes también declararon agentes de la Guardia Urbana, familiares del acusado y vecinos del bloque ocupado donde vivían acusado y víctima. Todos ellos explicaron que después de que saliera en los medios de comunicación que se habían encontrado en el río Segre partes del cuerpo de una persona, por el barrio se rumoreaba que el muerto era quien resultó ser la víctima y que lo había matado el acusado del crimen, J. de los S. El motivo es que unas semanas antes de los hechos acusado y víctima se habían discutido y amenazado en la calle. Los agentes de la Guardia Urbana que les separaron explicaron que se dijeron que "ya lo arreglarían como hombres". Uno de los agentes de la Guardia Urbana, de la sección de investigación, explicó que una confidente latina le llamó el 4 de julio diciéndole que la hermana del acusado del crimen iba diciendo por el barrio que su hermano estaba trabajando en Mollerussa pero que ella creía que había huido a la República Dominicana. Añadió que también le habían dicho que el acusado del crimen había pedido a una persona una maleta de grandes dimensiones y a otra una sierra.
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C CIUTAT
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