La Audiencia de Lleida ha condenado a dos años de prisión a un ciudadano de origen chino acusado de dos delitos sexuales en Lleida, tras aplicarle la atenuante de alteración psíquica. Concretamente le impone un año y medio de prisión por un delito de agresión sexual, ya que considera probado que hizo tocamientos a una chica a quien persiguió repitiendo la palabra "follar" el 5 de julio de 2015 en el barrio de Balàfia de Lleida. Le condena también a seis meses de prisión más por un delito de coacciones a una niña de catorce años, a quien agarró por detrás e intentó llevarse del lugar aunque no pudo gracias a la intervención de los trabajadores de un supermercado cercano, el 6 de julio de 2015 en el barrio de Cappont de Lleida. La sala también le prohíbe acercarse a menos de 100 metros de la primera chica durante tres años y de la niña durante un año y también le condena a tres años de libertad vigilada por la agresión a la chica.
La Audiencia de Lleida considera probado que el acusado, el 5 de julio de 2015, se acercó "con ánimo libidinoso" a dos chicas, en el paseo de debajo de las vías del tren en el barrio de Balàfia de Lleida, y empezó a pronunciar varias veces la palabra "follar". Durante la huida, las chicas se separaron y el acusado siguió a una de ellas, la sujetó y la tiró encima de un banco donde inmovilizó a la víctima con el brazo izquierdo, mientras con la mano derecha le hizo tocamientos en los genitales por encima de la ropa. Acto seguido, el acusado se bajó la bragueta y volvió a repetir varias veces el término "follar", momento que la chica aprovechó para escapar, reunirse nuevamente con la amiga y llamar a la policía. La sala también considera probado que al día siguiente de los hechos, el 6 de julio de 2015 hacia las 17 horas, el acusado se acercó a la plaza Blas Infante de la capital del Segrià a una menor –que en el momento de los hechos tenía 14 años, a punto de cumplir los 15- a la que "sujetó por detrás, tapándole la cara, e intentó llevársela". Los trabajadores de un supermercado cercano, situado en la avenida de València, se lo impidieron y retuvieron al presunto agresor hasta la llegada de la policía. Aunque la fiscalía defendía que se le condenara por un delito de abusos sexuales por estos hechos al considerar que su objetivo era, como el día anterior, "hacer tocamientos a la niña", la Audiencia considera que no hay suficientes pruebas que demuestren que la intención del acusado fuera sexual ya que no llevó a cabo tocamientos lascivos ni pronunció ninguna palabra, tal como declaró en el juicio tanto él como la propia víctima. Es por ello que en este caso, la sala ha reducido la tipología de delito y le ha condenado por coacciones.
