Comienza la cosecha de maíz en la plana de Urgell con rendimientos heterogéneos por la araña y las olas de calor del verano.

Después de la sequía de 2023 se empieza a recuperar el volumen de producción aunque todavía es del 40% de un año normal.

ACN
09 de octubre de 2025 a las 08:11h

La campaña de recolección del maíz ha comenzado en la plana de Urgell y lo ha hecho con rendimientos “heterogéneos” por dos factores que han hecho disminuir la producción final. Uno es la presencia de la araña en muchas plantaciones y el otro las dos olas de calor del verano, la de finales de junio y la del 15 de agosto, que motivaron que la temperatura en algunas noches no bajara de los 25 grados y esto provocó “estrés” a las plantas.

Santi Vergé, de la Cooperativa de Miralcamp, explica que la producción oscila entre las 10 y las 14 toneladas por hectárea en función de si ha habido afectación de estos problemas. Después de la sequía de 2023 se vuelve a plantar maíz aunque el volumen solo es del 40% de un año normal.

En las fincas que se han visto afectadas por la presencia de la araña, la producción de maíz se ha quedado en unas 10 toneladas por hectárea. En las que no ha habido este problema, se consigue alcanzar cifras de entre 13 y 14 toneladas por hectárea. Aun así, son volúmenes de producción relativamente más bajos que los que se pueden registrar en un año normal, cuando se llega tranquilamente a las 15, 16 o 17 toneladas por hectárea.

El descenso generalizado de las producciones finales se debe a los dos picos de calor que ha habido este verano. El primero fue a finales de junio, con temperaturas anormalmente más altas para la época y el otro en torno al 15 de agosto. Fueron muchos días seguidos de elevadas temperaturas durante el día que se alargaban por la noche, cuando al termómetro le costaba bajar de los 25 grados. Esto provocó estrés a las plantas con un “bochorno que no se iba” y ha acabado provocando una disminución de kilos.

En cuanto a los precios, la tonelada de maíz se paga actualmente a unos 210 euros. Es un poco menos del precio habitual de mercado, que debería estar entre 220 y 240 euros por tonelada. Según Vergé, este descenso de entre un 10 y un 15% se debe a las importaciones de maíz de Sudamérica.

La plana d’Urgell recupera progresivamente el volumen de plantaciones de maíz después de la caída en picado del año 2023, cuando por culpa de la sequía y la falta de reservas se tuvo que cerrar de forma anticipada el canal de Urgell y no se pudo sembrar. El año pasado la recuperación aún fue poco perceptiva porque no había una certeza absoluta sobre si se podría regar o no porque el agua aún no estaba asegurada.

Este 2025, con un buen estado de las reservas al inicio de la campaña de regadío, los agricultores se han vuelto a animar a plantar maíz, pero, aun así, el volumen de fincas donde se ha cultivado todavía se encuentra entre un 30 y un 40% de la media de un año normal. El maíz es un cultivo que necesita mucha agua y la demanda se acentúa en verano, en los meses de más calor, por eso es importante que el regadío esté asegurado.