Cuenta atrás en Cervera para la 45ª edición del Aquelarre, que este fin de semana llevará de nuevo el fuego, las brujas y el esoterismo a las calles de la ciudad. Estos días se ultiman los últimos preparativos en las calles y los participantes más jóvenes participan en los talleres del Aquelarret, la versión infantil de la fiesta, donde elaboran disfraces, cucas y gigantones, y practican percusión y a caminar con zancos.
Un centenar de niños y jóvenes de entre 4 y 14 años participan en estos talleres que desde el lunes y hasta el viernes tienen lugar en la escuela Mossèn Josep Arques. El Aquelarret forma parte del programa oficial del Aquelarre desde 1998 con el objetivo de que los niños se adentren en la fiesta por excelencia de la capital segarrenca.

El Aquelarret nació con el objetivo de ampliar la fiesta al público para que los más pequeños también pudieran disfrutarla y, a la vez, para crear "un vivero" que ame el Aquelarre, ha explicado su coordinadora, Anna Llort.
De momento, la continuidad de la fiesta parece asegurada y algunos de los participantes más pequeños, como Núria y Jan, ya quieren que sea sábado para disfrutar de los diablos porque les "encantan". También lo esperan Mariona y Blai, que estos días practican para volver a salir con zancos en el pasacalle, mientras que Eric, uno de sus compañeros, admite que está un poco "nervioso", ya que será su primer Aquelarre.

El pasacalle infantil y juvenil saldrá el sábado a las 6 de la tarde de la plaza Universitat y transcurrirá por varias calles hasta llegar a la plaza Magdalena de Montclar, donde habrá el recibimiento a cargo del Astarot Júnior y la diablessa Súcube, que darán paso a la aparición del Cabronet, el protagonista del Aquelarret.
Participarán la colla infantil del Ball de Diables Carranquers, la Tarasca de Cervera, el grupo joven Bombollers, los Gegantons fantasmas, acompañados por los niños y niñas que han participado en los talleres y por las colles de fuego invitadas del Ball de diables infantil de la Ràpita del Penedès y Ferafoc Petit de Sant Quintí de Mediona.

Acabada la versión infantil, el Aquelarre continuará por la noche con su plato fuerte, el espectáculo central que culminará con la aparición y escurrida del Macho Cabrón y el Foqueral. Como ya ocurrió el año pasado, se quemarán unos 350 kilos de material pirotécnico, menos que en ediciones anteriores por el aumento de precios.