El Lleida CF está vivo y sus aficionados volvieron a demostrar ayer que no dejan atrás a su equipo a pesar de que este año disputará una categoría inferior a la Tercera RFEF. El Camp d'Esports abrió ayer sus puertas 115 días después del último partido de la temporada pasada, donde aquel día la plantilla azul exhibió una pancarta pidiendo soluciones al actual presidente, Luis Pereira.
Cuatro meses después el Lleida regresó al Templo para disputar el partido de hermanamiento ante el Sant Andreu con 2.600 aficionados en las gradas y una fiesta absoluta, con un Gol Nord que no dejó de animar en prácticamente los 90 minutos del partido. El partido se inició con retraso con motivo de las largas colas que se generaron alrededor del Camp d'Esports.
Entre algunos de los presentes y conocidos en las gradas, estuvo el político Oriol Junqueras, aficionado del Sant Andreu. También hubo reencuentros con el Camp d'Esports por parte de varios jugadores que el año pasado formaban parte de la plantilla azul, como son los casos de Iñaki Álvarez y Guillem Naranjo, ahora con la camiseta cuatribarrada. Como anécdota, el exportero del Lleida Iñaki Álvarez aprovechó su regreso a la ciudad para hacerse con el carnet de simpatizante.
El partido finalizó con igualdad en el marcador (0-0) y con buenas sensaciones del Lleida en una pretemporada donde de momento sólo ha sumado un triunfo. Cabe recordar que el Sant Andreu se hizo cargo de los costes de arbitraje y destinó toda la taquilla del partido al club leridano. Los precios de las entradas fueron de 5 euros por el Gol y 10 por Tribuna.
El club está de enhorabuena ya que la campaña de abonados ha alcanzado ya los 1000 abonados/as y subiendo.
El Lleida CF iniciará la temporada a domicilio el sábado 6 de septiembre ante el Can Vidalet. Cabe recordar también, en clave leridana, que en esta categoría de la Tercera Federación también está el Mollerussa, que iniciará la temporada el mismo fin de semana, el domingo visitando el Manresa.