Los caballos pueden tener un papel clave en la gestión forestal y la reducción del riesgo de incendios en los bosques mediterráneos, gracias a la adaptabilidad de sus comportamientos alimentarios. Así lo señala un estudio interdisciplinario liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Lleida (UdL) que acaba de publicar la revista Agroforestry Systems. La investigación revela que los caballos adaptan su dieta según la raza, el entorno y el manejo. Esta flexibilidad los hace complementarios al papel de otros herbívoros en estrategias sostenibles de prevención de incendios, ya que pueden reducir la carga de combustible y mantener paisajes abiertos.
La investigación ha contado con la participación de la Reserva Nacional de Caza de Boumort, la Fundación Miranda, la Asociación Forest Horses y la Universidad de Barcelona.
La investigadora Ariadna Niet ha explicado que hasta ahora la investigación sobre ganadería extensiva y prevención de fuegos forestales se ha centrado sobre todo en ovejas y cabras, con algunas investigaciones puntuales en razas bovinas rústicas. Nieto ha añadido que los caballos se han estudiado muy poco en este contexto, ya que "tradicionalmente los han clasificado como pastadores de herbáceas con poco impacto sobre la vegetación leñosa". Para esta investigadora este "es uno de los primeros que analiza con datos empíricos su potencial en la gestión forestal mediterránea".
El estudio ha analizado tres casos concretos para explorar el potencial de los caballos en la gestión del sotobosque: en la Reserva Nacional de Caza de Boumort, con caballos de Przewalski en semilibertad en un paisaje mosaico y una carga ganadera muy baja (0,02 cabezas por hectárea y año); en el Parque Natural del Garraf, con la raza rústica pottoka en pasto continuo y semilibertad durante un año y una carga baja (0,2 cabezas/ha/año), y los caballos cruzados en actuaciones de pasto dirigido a corto plazo, con alimentación suplementaria y una carga alta (2,5 cabezas por hectárea durante un mes y medio).
Los resultados a partir de 50 muestras fecales
La investigadora de la UAB y del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC), Araceli Gort-Esteve, ha explicado que han analizado la dieta a partir de 50 muestras fecales frescas.
Los resultados señalan que los caballos asilvestrados de Przewalski, en un paisaje mosaico con parcelas de bosque, matorrales y prados, mantienen abiertos los campos todo el año comiendo sobre todo gramíneas, con poco impacto sobre la vegetación leñosa. Las razas rústicas, como la pottoka, se adaptan a los largos períodos de pastoreo y consumen inicialmente gramíneas finas y altamente inflamables y, a medida que se agotan las hierbas, pasan a las plantas leñosas. Gestionan eficazmente tanto los combustibles finos como los más gruesos, lo que contribuye al control del sotobosque. Finalmente, los caballos cruzados, sometidos a un pastoreo intensivo a corto plazo con alimentación suplementaria, pasan rápidamente de los combustibles a las plantas leñosas, hecho que muestra su potencial para actuaciones de gestión dirigida.
El profesor de la UAB Jordi Bartolomé ha explicado que "los resultados con los pottoka y los cruzados demuestran claramente que los caballos, considerados pastadores con preferencia por las herbáceas, pueden adaptarse rápidamente a los recursos disponibles, incluyendo especies leñosas". Bartolomé ha dicho que "esta flexibilidad los convierte en un recurso valioso para estrategias de prevención de incendios en paisajes mediterráneos, complementando ovejas y cabras".
"Las razas rústicas, a menudo menos valoradas actualmente, tienen una gran capacidad adaptativa que las hace clave en tareas silvopastorales" ha añadido Ariadna Nieto.
El equipo investigador coincide en que hacen falta más estudios a largo plazo para cuantificar el impacto directo de los caballos en la reducción de la biomasa inflamable. Sin embargo, consideran que su adaptabilidad dietética los puede convertir en una herramienta prometedora dentro de estrategias de gestión forestal más sostenibles, especialmente en un contexto de cambio climático, despoblamiento rural e incremento del riesgo de incendios.