El técnico en cuidados auxiliares de enfermería del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida acusado de provocar el coma a un paciente que estaba ingresado en un box de Urgencias se ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados en el juzgado penal 2 de Lleida. El hombre, I. G. E. I., de 35 años, ha reconocido los hechos y ha declarado que quería hacer el bien, que no sabía el alcance que podían tener los hechos y ha reconocido que tomó una decisión equivocada. Su abogada, Lorena Torres, ha explicado que está arrepentido y que intentó buscar ayuda cuando vio que el paciente sufría pero que no había nadie. Las partes han pactado que se le condene a pagar una multa de 2.700 euros y a dos años de inhabilitación por un delito de lesiones por imprudencia grave y un delito de intrusismo profesional. Los hechos tuvieron lugar el 3 de enero de 2016, cuando, según la fiscalía, el auxiliar, que estaba destinado a la quinta planta de medicina interna, bajó a Urgencias a hablar con unos compañeros. Una vez allí, "abandonando cualquier prudencia profesional" y con el objetivo de relajar a un paciente, de 75 años, que se quejaba en un box, le inyectó benzodiazepina. El hombre quedó profundamente sedado, hasta que una doctora le suministró un medicamento que actuó de antídoto.
La fiscalía ha descartado acusarlo de un delito de tentativa de homicidio, teniendo en cuenta que el paciente no sufrió ninguna secuela y que las sustancias administradas sólo son tóxicas en dosis superiores. Según el escrito fiscal, no se ha podido comprobar dónde consiguió la sustancia el acusado. Además, su titulación profesional, añade, impide recetar o suministrar medicamentos y por tanto, el acusado desconocía los efectos perjudiciales que la benzodiazepina podía causar al paciente. El hombre, de 75 años, se encontraba en un box por problemas digestivos y artritis y después de suministrarle un sedante conocido como benzodiazepina, que afecta al sistema nervioso central, tal y como confirmaron las pruebas que se le realizaron, empezó a echar espuma por la boca. La rápida intervención de los médicos le evitó la muerte y al cabo de unos días se recuperó. Después de los hechos, el auxiliar fue suspendido de empleo y sueldo.