La Universidad de Lleida (UdL) participa en un proyecto europeo de cuatro años de duración que tiene como objetivo desarrollar una red de ecología química. Aparte de promover la investigación interdisciplinaria y el intercambio de conocimientos, herramientas y plataformas; la iniciativa European Network In CHEmical Ecology: translating the language of life into sustainability (E-NICHE) pretende implementar soluciones concretas aplicadas a los campos de la salud humana y animal, la agricultura, la acuicultura y la conservación de la biodiversidad, acelerando el descubrimiento de nuevos compuestos. De momento, cuenta con socios de 34 países.
El proyecto, liderado por el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS), está coordinado en el Estado español por la FGSHSCSP y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Madrid. También participan la Universidad de Barcelona, el LGAI, el Instituto de Química Avanzada de Cataluña-CSIC, la Universidad de Cádiz y el Centro de Excelencia en Investigación de Medicamentos de Andalucía.
La ecología química “es un campo extremadamente fragmentado y actualmente las colaboraciones entre los investigadores son limitadas”, explica el profesor de la FGSHSCSP, César Gemeno. Aunque existe una Sociedad Internacional (ISCE) y otras dos en América Latina y Asia, en Europa no hay ninguna. En este sentido, “el proyecto E-NICHE podría ser el punto de partida para conseguirlo”, añade.
Entre los primeros objetivos prácticos de la iniciativa, que quiere sumar los sectores público y privado, está la creación de una base de datos de código abierto que permita hacer búsquedas. “Antes de que se puedan utilizar compuestos biológicos para reforzar la sostenibilidad ambiental y la alimentación saludable, se deben describir las estructuras químicas y las funciones naturales de los compuestos”, aseguran los promotores del proyecto.
En cuanto a estas aplicaciones prácticas, E-NICHE menciona la creación de nuevas formulaciones químicas, nuevas moléculas y aplicaciones innovadoras para compuestos naturales. “Por ejemplo, los países de la UE están intentando limitar el uso de pesticidas en la agricultura, que se podrían sustituir por semioquímicos“, explican en la memoria del proyecto. También ayudarán a desarrollar “métodos basados en el olor para la detección precoz de enfermedades”.
Finalmente, la red también “facilitará la transferencia de conocimiento a los responsables de la toma de decisiones y así podremos advertir a las autoridades sobre cuestiones de gran preocupación con el tiempo suficiente”.