El Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación obliga a un ganadero de Cornellà de Terri (Pla de l’Estany) a sacrificar todo un rebaño de 230 vacas, por la sospecha de que doce de ellas tengan tuberculosis. El afectado, Josep Juscafresa, señala que una dio positivo en una primera prueba, la llamada prueba de la piel y en las otras once está la sospecha de que podrían haberse infectado, pero no está confirmado.
Estos animales, sin embargo, ya están separados del resto y el campesino se ha ofrecido a sacrificarlos, pero no entiende que tenga que matar al resto “si están sanos”. Desde el Gremio del Campesinado apoyan a Juscafresa y piden “empatía y sentido común” a la hora de aplicar protocolos al Departamento, ya que la medida “arruinará” al ganadero.