El grupo municipal de Junts ha visitado las instalaciones de la empresa leridana Ramon Vilella, especializada en la gestión de los residuos, en el marco de los encuentros con compañías del sector, iniciadas con URD Group del Parque Agrobiotech, para valorar cuál debe ser el mejor modelo de recogida en la ciudad, de cara al nuevo contrato de limpieza.
El encuentro en la planta de tratamiento de residuos también ha servido para conocer de primera cómo se gestionan los materiales de desecho (como los embalses sucios, el papel con materia orgánica, los envases “tetrabrick” o las cápsulas de café) y poder valorar cómo debería ser el triaje de estas fracciones para poder hacer el mejor reciclaje posible.
Junts defiende que la eficiencia del reciclaje no se basa sólo en elegir correctamente los residuos, ya que se genera mucho rechazo que se debe manipular íntegramente en las plantas, sino que es necesaria una buena formación de los ciudadanos.
Por este motivo, el grupo municipal insiste en su apuesta por mejorar los niveles de recogida selectiva con sistemas que consigan la máxima complicidad de los ciudadanos, como los contenedores con chip o que permiten devoluciones y una buena formación que permita un reciclaje más eficiente.
Por este motivo, insiste en implantar el puerta a puerta sólo en aquellos barrios idóneos de Lleida y los contenedores con chip, en el resto de la ciudad.
La portavoz de Junts, Violant Cervera, remarca que “si el reciclaje no se hace bien, no sirve”. Por ello, defiende que “la gestión más sostenible es aquella que se hace con la complicidad de los ciudadanos”, y es que “el incremento de los índices de reciclaje no vendrá del puerta a puerta, sino de una buena formación“.
También considera que “las mejores políticas públicas son las que consiguen los objetivos marcados estudiando las diferentes realidades”. Por el contrario, apunta que “la peor política de reciclaje es aquella que se hace sin tener en cuenta las realidades de cada barrio y la singularidad de sus habitantes”.
En este sentido, el grupo de Junts pone en valor la voluntad y el esfuerzo de la mayoría de los ciudadanos en una gestión de residuos sostenible, pero lamenta que no se ha conseguido llegar a los objetivos planteados.
Cervera añade que “las diferentes singularidades de la ciudad hacen inviable el sistema puerta a puerta“, entendiendo también las quejas de los vecinos y vecinas por la acumulación de basura en la calle hasta que no se hace la recogida o la dificultad de compaginar horarios y de acumular la basura dentro de las casas.
“Hemos comprobado que, a pesar de la voluntad de reciclar, este sistema no es perfecto y las dificultades en la clasificación de residuos en las plantas de recepción aumenta el coste del modelo”, dice la portavoz.
