Los ciudadanos de Lleida vivieron en primera persona ayer al mediodía una reivindicación de película en medio de la calle. Carla García, una mujer de Tàrrega con movilidad reducida, se desplazó a la capital del Segrià para acompañar a una amiga con visibilidad reducida al hospital. Su sorpresa llegó cuando le denegaron la entrada al bus, por lo que bajaron a la calzada y bloqueó el paso al autobús durante más de media hora.
El conductor alegó a la mujer que su silla tipo escúter no estaba registrada y ella no se acreditó como persona con movilidad reducida. Tal y como adelantó el diario Segre, la indignación de Carla García fue tan grande que decidió pasar a la acción y se plantó delante del bus. “Hace un año cambié la silla de ruedas por este escúter y he viajado en autobús, tren y avión con este aparato”, afirmó la mujer.
Carla García: “Llevo seis meses esperando la tarjeta que acredite mi discapacidad”
Después de perder el primer bus porque no había lugar, el segundo le denegó la entrada por no tener la silla registrada. Por ello, bloqueó el paso antes de que iniciara la ruta, provocando una gran expectación en la calle. Esta forma de “denunciar una indefensión” provocó que la Guardia Urbana acudiesa al lugar de los hechos y la identificas. Aunque le explicaron que legalmente necesitaba el certificado para entrar en el autobús, García reclamó que la tarjeta que lo acreditaría podría tardar un año más.
“Llevo seis meses esperando la tarjeta que acredite mi discapacidad y todavía puede tardar un año más; ¿significa esto que no podré subir a los buses de Lleida en un año? Bastante problemas tenemos las personas con movilidad reducida para ahora sufrir esto, es indignante”, expresó Carla García.
Finalmente, la mujer con movilidad reducida fue obligada a abandonar la calzada para permitir que el bus continuara su camino. Por suerte, la Paeria de Lleida se pronunció y aseguró que trabajarán para agilizar la concesión de las tarjetas. Sin embargo, muchas personas con movilidad reducida de Lleida han denunciado que en muchos autobuses la rampa de acceso no funciona, lo que imposibilita que puedan acceder al transporte público con total libertad.
