El Cuerpo de Agentes Rurales han denunciado penalmente a un hombre por capturar más de una cuarentena de aves de especies protegidas mediante métodos ilegales con redes japonesas en un campo de girasoles del término municipal de Menàrguens (Segrià).
Las redes japonesas las usan ornitólogos, quiropterólogos y también cazadores furtivos para capturar aves y murciélagos salvajes por el anillaje de aves u otros proyectos de investigación. Estas redes suelen estar hechas de malla de nilón o poliéster suspendidas entre dos palos, parecida a una red de voleibol.
Al parecer, los agentes echaron in fraganti el furtivo justo cuando retiraba un total de 44 ejemplares protegidos entre cargueros, verdugos, párpados comunes y pastizales que habían quedado atrapados, 8 de los cuales ya habían muerto por las redes. Los ejemplares vivos fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna de Vallcalent del departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica para su protección y recuperación, donde el pasado mes de agosto ya liberaron 16 ejemplares de cigüeñas recuperadas.
El hombre ha sido denunciado penalmente por un delito contra la fauna y las dos redes han sido decomisadas. El denunciado tenía la ayuda de tres menores de edad, que no son imputables penalmente.
La operación la han llevado a cabo efectivos del Segrià y del Grupo Especial de Venenos y Antifurtivismo (GEVA) de los Agentes Rurales. El cuerpo ha recordado que la captura y comercio de aves fringílidos está totalmente prohibida. Para su tenencia se debe disponer de una de autorización excepcional y los ejemplares deben estar identificados con anillas oficiales de la Generalidad de Cataluña.
El artículo 336 del Código Penal determina que las redes japonesas son métodos de caza ilegales al ser sistemas de caza masivos y no selectivos y su uso es un delito penal contra la flora y la fauna.