Los procesos demográficos que afectan a la distribución de los árboles, como las contracciones y expansiones geográficas consecuencia de la última época glacial, son al menos tan importantes como el clima local para explicar las diferencias de crecimiento y supervivencia en el pino pino pino marítimo (Pinus pinaster), muy extendido en el Mediterráneo. Así lo afirma una investigación liderada por la Universidad de Lleida (UdL) publicada en la revista
Ecological Monographs
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Ecological Monographs
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Esta caracterización de la estructura genética adaptativa y la plasticidad fenotípica, los cambios en respuesta a una señal ambiental, ha puesto de relieve que los patrones de diferenciación son estadísticamente predecibles. Esto puede ayudar en la gestión forestal, integrando la genómica y las condiciones ambientales en las herramientas de toma de decisiones para ayudar a los bosques a hacer frente al cambio climático.
En esta investigación ha participado personal de la FGSHSCSP, el Centro de Investigación Forestal de Lourizán (Pontevedra), Misión Biológica de Galicia-CSIC y el Centro de Investigación para la Agricultura y el Medio Ambiente de Roma (Italia). El equipo, liderado por el catedrático de Genética Forestal de la FGSHSCSP e investigador de la unidad conjunta CTFC-Agrotecnio Jordi Voltas, ha utilizado una red de 15 ensayos genéticos con un total de 123 poblaciones de pino pino larado Representativas del rango de distribución de la especie, la conífera con más presencia en la península Ibérica.
El estudio abarca el oeste y centro de la cuenca mediterránea, desde el Estado español a Italia y Marruecos. Han utilizando 460 combinaciones de población-ensayo de unos 33.300 pinos adultos.
“La diversidad de formas y funciones que exhibe un árbol son consecuencia directa de sus mecanismos genéticos de adaptación y también de su plasticidad, es decir, su capacidad de respuesta inmediata al medio”, explica Voltas. Evolutivamente, adaptación y plasticidad dependen por un lado de los procesos históricos responsables de las distribuciones geográficas actuales de los árboles y por otro, de las presiones de selección que impone el hábitat propio, principalmente derivadas del clima local. “La importancia relativa de estos dos efectos es de difícil cuantificación, y requiere información molecular y funcional procedente de árboles adultos“, añade.
El análisis ha revelado una ligera superioridad de las clasificaciones filogeográficas (distribución geográfica de las plantas de acuerdo con evidencias genéticas sobre las categorizaciones climáticas en la explicación de los efectos genéticos y plásticos, lo que sugiere que los procesos neutrales pueden ser al menos tan importantes como el aislamiento por el clima como factor impulsor de la divergencia evolutiva en un pino predominante.
Sin embargo, las condiciones ambientales también afectan a rasgos relacionados con la condición física como el crecimiento y la supervivencia. “Esto parece especialmente evidente para las poblaciones de zonas propensas a la sequía como Marruecos, donde los árboles muestran una gran supervivencia en plantaciones de baja densidad probablemente como resultado de su estrategia conservadora de uso de los recursos”, recogen en el artículo.
“El marco analítico que se presenta aquí puede ser útil para guiar trabajos futuros dirigidos a descifrar la plasticidad y la diferenciación genética que explican la divergencia fenotípica en estudios de alcance de rasgos relacionados con la condición física, y al mismo tiempo proporcionar pistas para el uso optimizado del material genético de los pinos mediterráneos, tanto en el ámbito comercial como para la conservación de los recursos genéticos”, destaca Voltas.
