La Audiencia de Lleida ha condenado a 8 años de prisión a un joven, de 24 años, por violar a una chica con discapacidad y robarle el móvil a la canalización del río Segre en Lleida en 2020. El procesado reconoció los hechos en el juicio celebrado en enero. Además, la sala le impone 10 años de libertad vigilada durante los cuales se le prohíbe comunicarse con la víctima o acercarse a ella a menos de 500 metros. También se le inhabilita para ejercer cualquier profesión o actividad con menores de edad por un periodo de cinco años superior a la pena de prisión. En concreto, se le condena a 7 años de prisión por un delito de agresión sexual con atenuante de reparación del daño y 1 año por un robo con intimidación. El joven lleva en prisión preventiva desde hace un año.
La vista se celebró el 11 de enero pasado en la Audiencia. El procesado admitió entonces que violó a la joven y dijo que estaba “arrepentido”. Por otro lado, se dio a conocer que había consignado 50 euros en concepto de responsabilidad civil como avance de la indemnización que se solicitaba para la víctima. La fiscalía rebajó la petición de prisión de 17 a 8 años.
Los hechos
El joven, que en el momento de los hechos tenía 20 años, y la víctima se conocieron por Internet. El 13 de diciembre del 2020 quedaron por verse en persona y fueron a la canalización del río Segre. Según defendió el ministerio público, el procesado se aprovechó de la discapacidad mental de la chica para llevarla a una zona apartada y violarla. El escrito de acusación de la fiscalía apuntaba que le bajó los pantalones y la ropa interior y la penetró aunque ella le pedía que hablara. Tras agredirla, llegóal lugar con el teléfono móvil de la víctima y la amenazó para que no explicara los hechos.
Los Mossos d’Esquadra que se hicieron cargo de la investigación declararon en el juicio que encontraron en el lugar de los hechos una marca de una suela de zapato que coincidía con las del sospechoso. En ese momento, el joven negó tanto los hechos como conocer a la chica, pero la policía encontró su ADN en las calzas de la víctima y entró en prisión.