Los hoteles de Sitges estudian llenar piscinas con agua de mar para reducir consumos

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Los hoteles de Sitges están estudiando varias opciones para ayudar a reducir el consumo de agua. Aunque sostienen que hace años que están “muy concienciados con el medio ambiente”, valoran la posibilidad de llenar piscinas con agua de mar o de instalar césped artificial, según apunta a la ACN el presidente del Gremio de Hostelería, Oskar Stöber. El municipio tiene un consumo medio de 246 litros por habitante y día, según los últimos datos de la Generalitat, de manera que supera los 200 litros requeridos en la nueva fase de emergencia por sequía. “Hace años que somos austeros y los clientes también lo son”, insiste Stöber, que recuerda que Sitges tiene el sello Biosphere Destination como reconocimiento a un modelo de turismo respetuoso con el medio ambiente.

Stöber cuestiona que el volumen diario de agua que se consume en Sitges esté realmente fuera de la media que exige la Generalitat. Señala que los 246 litros de los últimos registros es fruto de una división entre los habitantes censados en el municipio, “sin tener en cuenta que cada semana hay miles de personas que pernoectan en los alojamientos o en segundas residencias”. “Sitges somos un destino turístico todo el año, y eso debería tenerse en cuenta a la hora de dividir el consumo medio”, insiste.

Más allá de los datos, el sector ha entrado en la nueva fase de la sequía al acecho de qué impacto tendrá en sus establecimientos. A priori, descartan una afectación importante en las piscinas porque el Gremio asegura que todos los negocios las tienen llenas y disponen de circuitos internos de mantenimiento. En cuanto a los jardines, admiten que se exponen a perder la calidad de este entorno por la imposibilidad de mantener el riego como hasta ahora.

Sobre estas dos cuestiones, el Gremio ve camino para buscar alternativas que sean compatibles con la sequía, que dan por hecho que será un fenómeno estructural al que “no quedará más remedio que adaptarse”. Es en este sentido que estudian extender el uso de piscinas basadas en agua de mar, las cuales no podrían estar conectadas a la red de agua actual. Stöber relata que ya hay algún hotel que ha experimentado con esta alternativa y cree que será una tendencia al alza si las lluvias no llegan con ganas.

“Son piscinas que funcionan perfectamente igual que las de agua dulce”, sostiene, destacando que las piscinas son un atractivo muy valorado por los huéspedes que eligen alojamientos en el Mediterráneo. “Está claro que vivimos en un país donde el turismo tiene mucha importancia en el PIB, y tenemos que intentar mantener la fidelidad del visitante que viene a disfrutar de este clima”, añade.

En cuanto a los jardines, si bien es cierto que en Sitges no hay muchos hoteles con césped exterior, el presidente del Gremio dice que también están valorando alternativas al césped convencional. Los establecimientos con más área ajardinada estudian instalar césped artificial, que, aunque también necesita agua, no llega a los mismos consumos que los jardines naturales.

Stöber recalca, sin embargo, que estos negocios hace años que han instalado un sistema de riego basado en la gota a gota, de manera que el consumo de agua en los últimos años se ha reducido significativamente. Señala este cambio como uno de los varios ejemplos de medidas de austeridad que se han desplegado en los hoteles de Sitges durante la última década “y que han valido que el municipio reciba el sello Biosphere Destination”.

La instalación de grifos con pulsadores automáticos y sistemas de reducción de la presión son otras herramientas de ahorro que Stöber asegura que están muy arraigadas en los establecimientos, así como también los mensajes de concienciación hacia los clientes. “El ahorro de agua no es un tema que trabajamos ahora porque hay sequía, sino que hace años que estamos mentalizados en reducir la huella de carbono”, insiste.

Aunque el sector ve poco margen de actuación para reducir el consumo de agua en la rutina de sus huéspedes, dice que algunos establecimientos reforzarán a partir de ahora la cartelería para reforzar la conciencia a la hora de gastar agua. Stöber precisa, sin embargo, que “es necesario que sean mensajes sin generar alarmismo, porque sino puede ir en contra de la imagen como destino turístico”.

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