Los vecinos de Girona vuelven a cargar contra el equipo de gobierno municipal por la gestión de la ordenación urbanística del nuevo Trueta y el Campus de la Salut, que implicará la pérdida del parque Jordi Ribagorçana y de miles de metros cuadrados de zonas verdes.
Según ha denunciado la plataforma de defensa del parque Jordi Ribagorçana, el Ayuntamiento está haciendo “trampas” con la nueva ordenación urbanística y denuncia que, con los planos en la mano, el nuevo sector no sólo no ganará más zonas verdes, sino que perderá. Concretamente, denuncian que la zona perderá 5.000 metros cuadrados de arbolado y vegetación.
Para la plataforma, el Campus de la Salud y el parque son “compatibles y complementarios” e instan al Ayuntamiento a realizar los trámites para preservarlo. Consideran que estos trámites son potestad del equipo de gobierno y reclaman a la Generalitat de Cataluña que también se implique.
“Que la situación se destente para el bien de todos, porque el anuncio del pleno extraordinario ha sido un jarro de agua fría”, asegura Pau Casacuberta, portavoz de la plataforma.
Los vecinos han comparado el planeamiento urbanístico vigente con los planos de la propuesta que el consistorio quiere llevar a pleno el próximo 20 de junio. En los primeros, junto a la riera Masrocs, hay toda una “franja de protección hidrológica” que suma 5.701,68 metros cuadrados. Pero según critican los vecinos, con la nueva propuesta de ordenación, todo este perímetro pasa a calificarse como zona verde.
“Es decir, que cuando a ellos les interesa, sí lo tipifican así”, critica otra portavoz de la plataforma, Anna Ballestero. La plataforma ha hecho números, y subraya que con el planeamiento actual, todo el sector -donde se incluye el parque- suma 57.012,24 metros cuadrados de zonas verdes. Y que con la modificación urbanística, que las traslada junto a la riera Masrocs, esta cifra se reduce a 51.420 metros cuadrados.
El Ayuntamiento ha hecho lo imposible para poner una puerta del nuevo Trueta dentro del municipio", ha criticado la portavoz. Y ha añadido: "Aunque esto suponga cargarse un refugio climático como es el parque Jordi Ribagorçana y crear una zona verde más pequeña y fragmentada por viales y rotondas, por donde circulan 8.000 vehículos diarios".
La plataforma también sostiene que eliminar el parque contraviene la legislación ambiental. Y aquí, tira de jurisprudencia, subrayando que una sentencia de 2011 emitida por el Tribunal Supremo recoge que “una vez establecida una zona verde constituye un mínimo sin retorno, que debe ser respetado excepto por la concurrencia de un interés público prevalente”. Para las entidades, en el caso del Campus de Salud esto no se da, porque el complejo “no se situará encima del espacio que ocupa el parque”.
“Incomprensible, contradictoria e irracional”
El portavoz de la plataforma Pau Casacuberta asegura que el acuerdo entre el PSC y los Comunes, que garantiza el dinero para sacar adelante las expropiaciones, “es una buena solución técnica para salvar el parque y evitar sorpresas en un futuro”. Por ejemplo, que el nuevo Trueta “se embarranque en los tribunales”.
Casacuberta subraya que el Campus de Salud y el parque Jordi Ribagorçana “pueden coexistir, porque son compatibles y complementarios” y avanza que esta solución permitiría que el complejo “estaría rodeado de zonas verdes”. Por ello, la plataforma critica al equipo de gobierno por “enrocarse” y dice que su postura es “incomprensible, contradictoria e irracional”.
“El Ayuntamiento de Girona insiste en que no tiene dinero, pero cuando le caen millones del cielo los rechaza; eso no tiene ni suelta ni vuelta”, afirma Casacuberta. Para la plataforma, defender que hay que sacar adelante la modificación urbanística para no comprometer el calendario del nuevo Trueta “no es ninguna justificación”.
Por ello, los vecinos reclaman al Ayuntamiento que “rectifique”, porque para ellos “es evidente” que la planificación urbanística depende del consistorio, y también piden a la Generalitat que se implique “para dar apoyo, asesoramiento y acompañamiento técnico” y permitir salvar el parque. Para Pau Casacuberta, la convocatoria del pleno extraordinario para sacar adelante la modificación urbanística que actualmente hay sobre la mesa se ha hecho “con muy mala baba”, porque la sesión se ha convocado el 20 de junio a la una del mediodía, y eso les da poco margen para movilizarse. “Pero nosotros no dejaremos de luchar”, subraya Anna Ballestero.
“Antes de que el pleno apruebe la modificación y empiece un viaje que no llevará a ningún sitio, es necesario que las posiciones entre el Ayuntamiento y la Generalitat se destensen para el bien de todos”, añade Pau Casacuberta. “Rectificar es de sabios”, concluye Ballestero.