Un matrimonio de Lloret de Mar, que siempre bajaba las persianas de su domicilio, las dejaron esa noche levantadas. Este hecho fue aprovechado por dos ladrones, que se colaron en su casa a través de la ventana, mientras un tercero vigilaba fuera. Revolvieron toda la casa y sacaron el televisor. Después, se apropiaron de dos monitores de ordenador, auriculares, un teléfono móvil, una consola Nintendo Switch y un estuche de maquillaje infantil, que era de la hija de cinco años de la pareja.
Fue una vecina quien dio el aviso de alarma al ver acceder a unos desconocidos al domicilio y a través de este método. Toni y Ana se despertaron al grito de “¡Policía! ¡Al suelo!”, y muy asustados salieron de la cama. Los ladrones ya se habían marchado.
Al revisar las cámaras de seguridad con las que contaban para identificar a los responsables, el matrimonio se dio cuenta de la realidad: se trataba de sus propios vecinos, que eran okupas. Los Mossos d'Esquadra detuvieron a los ladrones la noche siguiente, el 10 de diciembre. No obstante, los individuos fueron finalmente liberados el lunes. Ahora la familia tiene que vivir con el tormento de que quienes entraron en su casa conviven con ellos en el mismo edificio: “La jueza me advierte de que ni se me ocurra hacer nada por mi cuenta porque el siguiente detenido puedo ser yo”, afirma Toni.
La pareja denuncia la impunidad de los responsables: “Estamos viviendo un infierno. Mi mujer está embarazada y está a punto de perder al bebé por el estrés”, continúa Toni. Su hija, además, necesita dormir con medicación: “Se despierta de noche con pesadillas”. Desde entonces, Toni y Ana están decididos a marcharse del piso tan pronto como se pueda ante esta situación.