Un estudio gerundense concluye que los alumnos con altas capacidades intelectuales (es decir, con un talento innato o superdotados) se detectan "tarde y mal". El informe, que ha llevado a cabo la UNED, subraya que de media estas capacidades se detectan cuando los niños y niñas tienen 9 años. Es decir, entrada la primaria. Además, el estudio también pone de relieve que los métodos para hacerlo no son suficientemente efectivos, porque se calcula que un 15% de los alumnos tienen altas capacidades, pero tan solo hay un ínfimo 0,02% a quien se las hayan detectado. El autor del análisis, el psicólogo Angel Guirado, asegura que es "clave" avanzar la edad de detección a los 6 años, porque este es el momento idóneo para desarrollar los potenciales intelectuales de los alumnos que sobresalgan. Por otra parte, el estudio también rompe tópicos en torno al "mito" de que las niñas son mejores en letras y los niños en razonamiento lógico.
El estudio pone el foco sobre aquellos alumnos con altas capacidades intelectuales. Un concepto que incluye tanto aquellos talentos determinados en los que sobresalen determinados niños (como la música o la pintura) como también la superdotación. Quien lo ha llevado a cabo es el psicólogo Angel Guirado, director del Observatorio de las altas capacidades intelectuales de la UNED en Girona. Durante su trayectoria profesional, Guirado ha trabajado con 402 alumnos a quienes se han detectado altas capacidades (la mayoría de los cuales, un 95%, tienen un talento innato). Ahora, para este estudio, el psicólogo ha seleccionado una muestra de 100. Todos ellos viven por todas las comarcas gerundenses, en el Maresme o en los Vallesos. De entrada, el estudio ya pone de relieve que los estereotipos y los tópicos frenan la detección de niños con altas capacidades. Primero, porque como subraya Guirado, "hay una clara tendencia" a priorizar más a los niños por delante de las niñas. Y segundo, porque los "mitos" en torno al sexo todavía pesan (porque se presupone que los niños serán mejores en ciencias y lógica, y las niñas en lenguaje). El estudio, sin embargo, rompe tópicos en torno a estas creencias. "Contradice las creencias habituales sobre las habilidades asociadas a unos y otros", afirma Guirado. Y es que, según recoge el informe, los niños son mejores en comprensión verbal (lenguaje y vocabulario), mientras que las niñas sobresalen más en lógica (conectar ideas), memoria y razonamiento. "El efecto Pigmalión" Guirado destaca que estos "mitos" han llevado a enfocar mal la manera como se tratan las altas capacidades. "Es lo que se conoce como efecto Pigmalión; como que creemos que, por ser niños o niñas, sobresaldrán más en determinadas aptitudes, estimulamos y fomentamos habilidades diferentes en unos y otros", precisa el director del observatorio de la UNED. El estudio, además, también pone otra conclusión sobre la mesa: que la detección de las altas capacidades intelectuales se hace "tarde y mal". Tarde, porque la mayoría se detectan cuando los alumnos tienen 9 años (es decir, avanzada la primaria). Y mal, porque las escuelas, "por falta de tiempo y de formación", no pueden atender a estos alumnos de manera adecuada. Guirado asegura que este es un "problema grave" y, por eso, en las conclusiones del estudio ya propone que es "clave" avanzar la edad media de detección hasta los 6 años. Es decir, que cuando los alumnos cursen primero de primaria, desde las escuelas se analice si tienen o no altas capacidades. El psicólogo, subraya, además, que esta es la edad adecuada para hacerlo, porque también es cuando el cerebro "tiene más plasticidad y permite desarrollar mejor aquel potencial intelectual". El estudio también reclama que se dé formación adecuada a maestros y profesores para atender mejor a estos alumnos. "Es una realidad que va a más y que no se tiene que rehuir, porque de aquí también depende el éxito o el fracaso escolar", dice Guirado. El director del observatorio ya precisa, sin embargo, que todavía hay mucho trabajo a hacer. Y para ejemplificarlo, tira de estadística. En Cataluña –explica- se calcula que un 15% de los alumnos tienen altas capacidades, pero tan solo hay un ínfimo 0,02% a quien se las hayan detectado.