La Cantada d'Havaneres de Calella de Palafrugell, que cada año reúne a miles de personas en la playa de El Port Bo, vivió una noche marcada por la polémica y la pasión popular. A pesar de la decisión de sacar del repertorio oficial la habanera "Mi abuelo"deJosep Lluís Ortega Monasterio, la canción acabó sonando, al unísono, gracias a la presión del público, convirtiéndose en el clímax de una noche que, lejos de ser sólo una fiesta marinera, hizo aflorar temas de censura, política e identidad cultural.
Una polémica que rompe con la tradición
Por primera vez en 48 años, la emblemática habanera no formaba parte del cierre oficial de la cancha. "Mi abuelo", compuesta en 1968 en homenaje a los soldados muertos en la Guerra de Cuba, había sido una de las piezas más esperadas para cerrar el festival. La decisión de la comisión organizadora de dejarla fuera del repertorio final generó un fuerte debate, ya que el motivo fue las acusaciones que se hicieron al autor en el documental "Muros de silencio", donde se vincula a Ortega Monasterio con una red de explotación sexual de menores. Esta denuncia provocó que algunos sectores de la opinión pública exigieran retirar la canción del programa.
Los grupos participantes —Neus Mar, Peix Fregit, Terra endins i Port-bo—, que actuaban conjuntamente en el canto final, acordaron, de manera consensuada, sustituir a "Mi abuelo" por otros tres temas de compositores locales y emblemáticos del género: "Marinero de tierra adentro" de Narcisa Oliver y Josep Bastons, "La bella Lola" (famosa por la imagen de los pañuelos ondeando) y "La gaviota" de Frederic Sirés. Pero eso no fue suficiente para satisfacer a los miles de personas que se encontraban en la playa.
La reacción del público: silbada y movida
El calor de la pasión popular fue tan grande que, cuando llegó el momento de cerrar la cancha, el público no dudó en mostrar su descontento. A medida que las primeras notas de "La bella Lola" sonaban, el grito colectivo de "¡Mi abuelo!" se hizo oír. Los silbidos y gritos inundaron el ambiente, y la muecadorada (el gesto tradicional de lanzar los pañuelos al viento) fue una de las imágenes más poderosas de la velada.
Los grupos, ante la insistencia del público, optaron por dar un paso atrás y acabar la velada con la canción más icónica de todas las habaneras. Y así fue, finalmente, después de varias intervenciones y de un ambiente cargado de emoción, "Mi abuelo" sonó al unísono, tal y como ha pasado durante casi medio siglo.
Los argumentos a favor y en contra de la retirada
Entre los argumentos a favor de la retirada de "Mi abuelo", destaca la voluntad de renovar el repertorio de la cantada y de dar más visibilidad a compositores locales, como parte de un esfuerzo por modernizar el evento y alejarlo de figuras vinculadas a controversias. El Ayuntamiento de Palafrugell defendió esta postura, subrayando que no querían caer en un debate sobre "censura", sino más bien sobre una renovación cultural. "La presión del directo encima del escenario es muy elevada", comentó la alcaldesa de la localidad, añadiendo que los artistas habían sido libres de decidir si querían unirse al público y cantar "Mi abuelo". Desde el consistorio aseguran que su postura siempre ha sido de respeto y libertad de expresión, tanto para los cantores como para el público.
Pero los detractores de la decisión consideran que "Mi abuelo" es un verdadero himno del género, que sobrepasa la figura de su autor y forma parte indisoluble de la historia de las habaneras y de Cataluña.
La reacción de la familia de Ortega Monasterio también fue clara. Los herederos del compositor criticaron duramente la retirada de la canción, calificó de "censura" y dejando entrever la profundidad emocional que supone esta decisión para quienes sienten una conexión personal con la pieza.
Koldo Ortega-Monasterio habla tras la victoria popular
Tras el impacto que tuvo la escena de la "mocadorada", Koldo Ortega-Monasterio, nieto del compositor, expresó su satisfacción a través de las redes sociales. En un mensaje en Twitter, escribió: "Gracias a todos, ha sido la victoria del pueblo. Estoy contento, pero no descansaré hasta que haya sentencia judicial y TV3 y los responsables del documental difamatorio paguen todo lo mal que han hecho a nuestra familia y a la figura de mi abuelo injustamente."
Con estas palabras, Koldo dejó claro que, a pesar de la victoria conseguida esta noche, su lucha por defender el legado de su abuelo aún no había terminado.