La Audiencia de Girona ha juzgado este miércoles a un vecino de Vilallonga de Ter (Ripollès) que se enfrenta a 10 años de prisión por violar a su hija de 13 años. El caso se remonta al verano de 2014. Según la fiscalía y la acusación particular, el procesado le propuso a su hija mantener relaciones sexuales alegando que no podía hacerlo con la madre porque estaba enferma. Aunque la menor se negó, el hombre le empezó a hacer tocamientos en los pechos y en los genitales y la llevó hasta la habitación, donde la violó. Las acusaciones sostienen que la menor no opuso resistencia "por el respeto que le imponía su progenitor". En el juicio, el acusado ha negado los hechos y ha atribuido la denuncia a una venganza. Según ha declarado a preguntas de su abogado, tenía "muy mala relación" con la mujer y aquel día se discutió con la hija porque no había hecho las tareas de casa que le correspondían.
El caso que este miércoles ha llegado a juicio en la sección tercera de la Audiencia de Girona se remonta al verano de 2014. Según la fiscalía y la acusación particular, una noche que el acusado y la víctima estaban en casa, el hombre se sentó al lado de la niña en el sofá y le propuso mantener relaciones sexuales. Las acusaciones sostienen que el procesado le dijo que no podía hacerlo con su madre porque estaba enferma y, a cambio, le ofreció a la menor comprarle un teléfono móvil. La niña se negó. Aun así, relatan las acusaciones, el hombre le empezó a hacer tocamientos por encima de la ropa en los pechos y en la vagina. "Acto seguido, la besó en el cuello y en los pechos mientras le quitaba la ropa", describen. Después, la llevó hasta su habitación y él también se desnudó. La menor se opuso una vez más diciéndole que la "dejara en paz" pero el padre hizo caso omiso a la súplica y la violó. Las acusaciones señalan que la niña no opuso resistencia porque se trataba de su padre y por el "respeto" que tenía hacia su progenitor. Por eso, piden que lo condenen a 10 años de prisión por un delito de abuso sexual con penetración prevaliéndose de la relación de parentesco. Las acusaciones también piden que no se pueda acercar a la víctima durante 18 años y que le priven la titularidad de la patria potestad. En materia de responsabilidad civil, solicitan que indemnice a la menor con 10.000 euros. Venganza por un castigo El acusado lo niega y asegura que su hija lo denunció por venganza. El hombre, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, Jordi Colomer, ha asegurado que aquel verano tuvo un enfrentamiento fuerte con la niña cuando llegó a casa de trabajar y vio que había pasado la tarde en el ordenador y no había hecho las tareas domésticas que le correspondían. El acusado ha negado que violara a la niña o le hiciera nunca ningún tocamiento. También ha dicho que no le prometió regalos a cambio de sexo. El hombre también ha relatado que tenía muy mala relación con su mujer, que lo había amenazado con el divorcio. Tampoco ha reconocido una grabación de audio aportada a la causa en la que, supuestamente, reconoce los abusos. Colomer ha pedido la nulidad de la prueba porque no se aportó en el formato original y sostiene que la han podido manipular. Además, tanto el acusado como el letrado han explicado que, por aquellas mismas fechas, la niña interpuso una denuncia contra otro menor al que acusaba de violación. Según resalta el abogado, la causa instruida a menores se archivó porque se demostró que las relaciones habían sido consentidas. El juicio ha quedado visto para sentencia.
