El Ayuntamiento de Girona ha iniciado la instalación de cuatro nuevos radares fijos que buscarán reducir el número de accidentes y limitar los excesos de velocidad de los conductores en determinadas zonas de la ciudad.
Los trabajos de instalación ya han comenzado y el consistorio prevé que puedan empezar a funcionar durante las próximas semanas, aunque no ha especificado una fecha concreta para su puesta en marcha.
Los nuevos aparatos están situados en la calle de Pedret (a la altura del número 146); en la avenida de Josep Tarradellas i Joan (frente a la escuela Maristes); en la calle del Río Güell (cerca del número 166); y en el cruce entre las calles de Barcelona y de la Creu.
De estos aparatos, los dos primeros multarán a los conductores que superen una velocidad de 30 km/h, mientras que los otros dos limitarán la velocidad a 40 km/h. Según el Ayuntamiento, los lugares escogidos para poner los nuevos radares son puntos con concentración de accidentes, se encuentran cerca de escuelas o son tramos de los que se han quejado los vecinos por exceso de ruido y de velocidad de los coches.
En un comunicado, el Ayuntamiento explica que el objetivo de los nuevos radares es mejorar la seguridad vial, pacificar el tráfico en la vía pública, reducir el número de accidentes y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía con una reducción de la contaminación acústica.
Para su instalación, el consistorio gaditano ha adjudicado la obra a la empresa Tadesegur SA por un importe de 139.185,67 euros, IVA incluido, que también se encargará del mantenimiento de los aparatos durante los próximos dos años. Los radares incluyen también una cabina antivandálica, el radar pedagógico y la iluminación adicional.
