El obispo emérito de Girona, Carles Soler i Perdigó, ha fallecido esta madrugada de sábado con noventa y un años, según ha informado el Obispado de Girona. Soler estuvo siete años al frente de la diócesis (2001-2008), renunció al cumplir 75 años y fue relevado por Francesc Pardo.
El administrador diocesano de Girona, Lluís Sunyer, ha destacado el "servicio generoso y desinteresado" del obispo emérito en los siete años de ministerio. "Se esforzó por dotar a nuestro obispado de unas infraestructuras espirituales, pastorales y materiales de acuerdo con las necesidades de aquellos años", ha recordado Sunyer en una carta dirigida a los diocesanos. La misa exequial para monseñor Carles Soler se celebrará el martes 12 de diciembre a las 11 horas en la catedral de Girona.
El mismo día habrá instalada una capilla ardiente en la misma catedral, de las 09.00 a las 10.30 horas de la mañana. "Para muchos fue un padre espiritual que nos acompañó en diferentes etapas de nuestra vida. Hombre de consejo y que ayudaba a afrontar los problemas de cada día con serenidad, paciencia y con una gran esperanza", ha continuado el administrador diocesano de Girona. "Según él, el ministerio episcopal se resumía con dos palabras: servicio y donación", ha remachado Sunyer.
Desde su jubilación episcopal, y hasta hace pocos meses, Carles Soler colaboraba periódicamente con las parroquias del arciprestazgo de Banyoles. A raíz de la muerte de Francesc Pardo el 1 de abril de 2022, el Obispado de Girona no tiene obispo titular y está a la espera de un nuevo nombramiento por parte del Vaticano.
Carles Soler, con larga trayectoria en el Arzobispado de Barcelona
Nacido en Barcelona el 12 de septiembre de 1932, Carles Soler i Perdigó fue licenciado en Teología (1961) y en Derecho Canónico (1972) por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue ordenado presbítero en la Capilla del Colegio Español de Roma el 19 de marzo de 1960. Ejerció numerosos cargos en el Arzobispado de Barcelona hasta que en 1991 fue nombrado obispo titular de Anglona y Auxiliar de Barcelona.
En octubre de 2001 Soler fue nombrado obispo de Girona hasta su renuncia durante julio de 2008. En los siete años de ministerio en Girona destacan la creación de las residencias sacerdotales de Banyoles y de Olot, la institución del Servicio Diocesano del Catecumenado, el impulso de la Pía Fundación Autónoma Sant Martí de Girona o la instauración del Secretariado diocesano para el Diálogo Interreligioso.
