Los socialistas gerundenses encaran las elecciones generales después de unas municipales en las que se llevaron varias alcaldías de la Costa Brava y quedaron en primera posición en Girona. El candidato del PSC en la demarcación, Marc Lamuà, remarca el trabajo que se ha hecho desde el gobierno central en ámbitos como el aeropuerto, la gratuidad de la AP-7 o la proyección de infraestructuras ferroviarias clave. Entrevistamos al número 1 de los socialistas en las comarcas gerundenses para analizar la situación del territorio y las opciones de continuidad del gobierno de coalición.
¿Qué está en juego en estas elecciones generales?Es más evidente que en anteriores elecciones. Nos jugamos dos modelos: el modelo de progreso, que hemos tenido en los últimos cuatro años, o el de retroceso, que es recuperar aquella línea que había dejado Rajoy y Aznar. Solo podemos gobernar nosotros o la derecha de Feijóo con VOX. No hay más combinaciones. Todo lo demás es ruido.
Seguramente, para construir esta mayoría necesiten partidos como Junts o la CUP. ¿Pueden aceptar las exigencias que plantean?Al final, la única pregunta de verdad para los independentistas y los nacionalistas es: ¿ustedes permitirán que gobierne una extrema derecha que maltrata nuestra lengua y nuestra cultura o estarán al lado de los que la hemos fortalecido y hemos hecho bandera de ella? Si quieren jugar a seguir haciendo el ruido y la pelea entre ellos, es su problema. Ellos saben cuáles son los límites de nuestra legalidad y nosotros hemos dejado muy claro que queremos una vía de concordia, de pacto y diálogo. El resto es ruido y no decir la verdad. Cualquier omisión del deber de configurar un gobierno de progreso es ir en contra de Cataluña y dejar que gobierne VOX.
Plantean ‘o nosotros o barbarie’. ¿Es la mejor manera de negociar?No es un relato, son hechos. VOX accede al gobierno de Burriana y veta las revistas en catalán. VOX accede al gobierno de Valencia y pone a un torero de consejero de Cultura. VOX accede a presidir cortes en Aragón y en Valencia y pone a personas que son manifiestamente contrarias al colectivo LGTBI, al aborto o a las vacunas. No es un 'que viene el lobo', ya están aquí. Lo que tenemos que hacer es empezar a frenarlo. Estamos defendiendo las instituciones de algo que ya está pasando.
Una de sus principales rivales, Marta Madrenas, critica el estado del aeropuerto de Girona. ¿Qué papel debe tener en este mapa aeroportuario catalán?En estos cuatro años, se han invertido más de 30 millones en el aeropuerto de Girona, el máximo al día posible. Además, existe el proyecto presupuestado de la estación del TAV junto al aeropuerto. Debe significar que podamos ser un complemento al aeropuerto de Barcelona sobresaturado. Sin embargo, no es solo el hecho de estar bien interconectado con Barcelona para liberar su tráfico, sino que los socialistas pedimos que deba ser el gran polo de atracción de visitantes hacia nuestras comarcas.
La señora Madrenas se queja mucho, pero fueron sus compañeros de CiU quienes, después de que el tripartito tuviera garantizado 4 millones de pasajeros con unas líneas, lo rompieron unilateralmente. Prometieron que vendrían muchas más aerolíneas si se dejaba el monocultivo y no ha sido así. Esto ha perjudicado gravemente a las comarcas gerundenses. La señora Madrenas debería tener humildad y ponerse en la línea en la que estamos todos de trabajar y volver a poner el aeropuerto de Girona a su máxima capacidad.
En cuanto a infraestructuras, también se habla de la lentitud del desdoblamiento de la N-2. ¿Cuáles son las prioridades en este ámbito?Hay infraestructuras que son de difícil ejecución. Hemos liberado la AP-7, cambiando el paradigma de movilidad en nuestras comarcas. Además, hemos solucionado las problemáticas derivadas de esta liberación con soluciones como la salida sur de Girona. Hemos realizado múltiples reuniones con los agentes del territorio que pedían salidas puntuales y ver cómo conjugábamos la N-2 con esta nueva movilidad en la AP-7. Tenemos que repensar algunos tramos y probablemente no tendremos que hacer según qué tipo de infraestructura extra, sino que se conjugue mejor con esta nueva A-7 que atraviesa la provincia.
Por otro lado, también debemos fijarnos en la N-260. Hemos realizado múltiples actuaciones en los cruces más problemáticos, introduciendo rotondas que permiten una circulación más fluida en el Eje Pirenaico. Aún quedan elementos de seguridad que tenemos que hacer. En esta campaña, hemos reiterado que se han transferido 260 millones de fondos del Estado a la Generalitat para estas actuaciones y han optado por invertir todos estos millones en las tierras de Lleida. Reclamamos que parte de esta inversión también vaya a comarcas gerundenses, que requieren asfaltado en algunos tramos.
¿Y en el ámbito ferroviario?La principal iniciativa es terminar de hacer esta gran estación intermodal en Vilafant, eliminando los pasos a nivel en Figueres. También tenemos que ver cómo unimos el paso del tren en la frontera por Portbou para reactivarlo, tal como reclama su alcalde. A esto se le deben sumar las intervenciones del día a día, que a veces son poco tangibles. Se ha invertido intensamente en renovación de catenarias, en puestas al día de las vías o en materia de accesibilidad en las estaciones. Además, debemos estudiar con la Generalitat la introducción de estos trenes tranvía que deberían ayudar a diversificar el acceso ferroviario de muchas comarcas y pensar en la movilidad sostenible.
¿Tendremos el traspaso definitivo de cercanías?El independentista ha hecho bandera de que la parte del mantenimiento de las infraestructuras no está traspasada, cuando la problemática esencial es del funcionamiento de las competencias que tiene la Generalitat. Debe haber colaboración entre administraciones. Si siguen llegando inversiones del Estado como en los últimos años y la Generalitat está en permanente colaboración, cercanías funcionará. En los últimos años hemos visto cómo se ha intentado boicotear un ámbito que afecta a los trabajadores a cambio de generar un malestar permanente.
La implementación de las renovables es conflictiva en algunas zonas de Cataluña. Un ejemplo es el Parque Eólico del Golfo de Rosas. ¿Cómo se posiciona?Hemos mantenido la misma postura en todas las instituciones donde estamos presentes. Cataluña tiene un problema de despliegue de renovables. En 10 años, un solo molino implantado. Los socialistas gerundenses siempre hemos dicho que la energía o la creas o te la traen. Si decimos que no queremos líneas de muy alta tensión que atraviesen el territorio, tenemos que crear nuestra propia energía. Este parque eólico marino es la única propuesta que tenemos sobre la mesa para generar hasta este 40% de energía que requiere la provincia. Ahora bien, debe venir con un clausulado social muy estricto y que revierta a los municipios que tendrán el parque eólico marino delante. Podríamos pensar en un futuro donde no necesitaríamos esta infraestructura, pero también es cierto que lo necesitamos para dar el salto y cumplir los objetivos 2030.
Han propuesto la ley de agricultura familiar. ¿En qué consiste?En nuestras comarcas existen problemáticas derivadas de la situación global que hacen que muchas veces nos cueste mantener nuestras aplicaciones agrícolas y ganaderas. Resultan poco atractivos para gente joven o para mujeres. Pero debemos poder garantizar que tenemos agricultores y ganaderos que se pueden ganar la vida en nuestra casa. Por lo tanto, queremos que haya un atractivo para jóvenes y mujeres que quieran continuar estas tareas y garantizar que tengamos esta economía primaria de proximidad.
Usted ha sido el portavoz de Cultura en esta legislatura. En el caso de Girona, existen temas pendientes como el del Archivo Provincial. ¿Cuáles son las prioridades en este tema?Somos de las últimas provincias en toda España que no tiene su Archivo Provincial hecho. Hace años que está presupuestado y el gobierno de Marta Madrenas hizo para que esto no se pudiera desencallar. Desde la dirección general de Bellas Artes hemos atendido todas las problemáticas que generaba el Ayuntamiento de Girona para que no se pudiera desencallar. Hace meses que ya habría podido comenzar de manera definitiva y nuestro compromiso es pleno. Por otro lado, tenemos otro equipamiento cultural que debería llegar, el Museo Thyssen en Sant Feliu de Guíxols. Debe crear un polo cultural en la parte sur de la Costa Brava, que se combine con el Triángulo Daliniano del Alt Empordà.¿Cuál es el siguiente paso de la mesa del diálogo en el conflicto Cataluña-España?Lo importante de la mesa de diálogo es que esté ahí. El PSC hemos estado desde el primer momento, fuimos artífices de ella. Siempre hemos abogado por el diálogo y nunca nos levantaremos. También seguimos pidiendo una mesa catalana donde estemos todos los catalanes y garantice la cohesión catalana, que aún no se ha producido. El gobierno de Pedro Sánchez cumplió con su parte y aún estamos esperando que lo haga el de la Generalitat. El único camino viable a seguir es el del acuerdo y el entendimiento dentro de los márgenes que permiten las leyes. Todo lo que hemos transitado esta legislatura ha sido positivo para Cataluña. La Cataluña de 2023 dista mucho del clima de tensión de 2017 o del de 2019. Hemos demostrado que la política de diálogo ha dado frutos y seguiremos apostando por ella.
¿Qué horizonte plantea?El objetivo que debería tener todo catalán es que Cataluña sienta un encaje cómodo y agradable con España. No haremos la política del PP de confrontación, ruptura y dar la espalda contra Cataluña. Hasta ahora lo hemos hecho actuando con la máxima generosidad y demostrando que veníamos a cerrar el conflicto. Es el camino que seguiremos transitando. Que Cataluña se sienta valorada como una de las locomotoras de nuestro Estado.
¿Se podría volver al procesismo el 23J?Estoy convencido de que el partido socialista conseguiremos confirmar una mayoría de gobierno e iremos hacia esta distensión de la conflictividad política de Cataluña. Se ha demostrado que es lo que quieren los catalanes. El PSC ha sido la fuerza más votada en Cataluña en este ciclo electoral y seguro que ganaremos también en las generales. Se entiende que el programa de progreso y concordia es lo que la mayoría pide. Aquella crispación que generaban los nacionalistas de un lado y del otro en los años de proceso ha perdido. No es lo que Cataluña quiere.