El pasado domingo, la playa de la emblemática Roca de Sa Palomera volvió a albergar una nueva edición de la Misa del Alba, que marca el inicio del nuevo curso de otoño, el reencuentro con lo que llamamos la vida 'normal' y cotidiana. La tradicional celebración litúrgica anual al aire libre se ha vivido por segundo año consecutivo marcada por el inevitable contexto de la COVID-19, por lo que el aforo ha vuelto a ser reducido. Este año se ha llegado ya a la 18ª edición de una misa más especial que cualquier otra, porque –como su nombre indica– se hace a las 7 de la mañana, al amanecer, coincidiendo con una época del año que hace que a esta hora el cielo se vaya iluminando gradualmente con la salida del sol. En esta nueva edición, el lema de la 'Misa del Alba', organizada por las parroquias de Blanes, ha sido '¿Te Lavas las Manos?'. Este lema ha querido hacer referencia a que, en el actual contexto de la pandemia, nadie puede desentenderse de una realidad que ya hace más de un año y medio que condiciona la vida de todos desde diferentes aspectos. También se quería remarcar la idea de que, ante las dificultades, conviene estar unidos y no estar solos. El actual contexto de la pandemia, tema de fondo de la XVIII Misa del Alba Precisamente una de las partes más agradecidas de la celebración es que cada año se pueden escuchar de viva voz testimonios reales que giran en torno a la temática elegida en cada ocasión. Por este motivo, ayer lo que se escucharon son dos testimonios sobre cómo han vivido la parte más dura de la pandemia, dos personas desde dos perspectivas muy diferentes. Por un lado, Esteve Rams –enfermero y encargado de dinamizar las actividades en el Hospital-Asilo Sant Jaume– compartió con todos la experiencia sobre cómo han vivido las personas mayores el confinamiento, cuando el necesario confinamiento incrementaba el sentimiento de soledad que ya se suele sufrir en los asilos. Durante aquellos meses, el personal del Hospital-Asilo se convirtió en su enlace con el exterior, facilitando tanto como se pudo que los y las residentes mantuvieran contacto con las familias a través del teléfono móvil y las tablets. Por su parte, Esteve Aguilar habló sobre la vivencia de su familia, en la que tanto él como su mujer y su hijo contrajeron la COVID. El padre estuvo ingresado en la unidad de críticos del Hospital Comarcal de Blanes y la madre en la UCI de un hospital de Barcelona, mientras que el hijo no sufrió el virus de forma tan aguda. Su relato –comparable al de tantos y tantos que se han vivido estos meses, pero no por ello menos punzante– sirvió para transmitir la angustia de encontrarse de un día para otro ante una situación que era tan desconocida por todos, enfrentándose con la posibilidad de no poder volver a ver nunca más a los seres queridos. Una celebración diferente a lo que es habitual La Misa del Alba que se hace en Blanes no tan solo significa poder disfrutar de una experiencia diferente, en contacto con la naturaleza en la línea del pensamiento de Pere Casaldàliga, quien inspiró hace 18 años la creación de esta celebración. También cuenta con diferentes ingredientes que la hacen ser muy diferente y agradecida respecto a lo que suele ser la habitual misa de los domingos. Uno de ellos es que un grupo de voluntarios y voluntarias se encarga cada año de ambientar el entorno de la playa, más allá de que el altar es una barca, y los asientos están enclavados en la arena. Una de las voluntarias es Montserrat Moraleda, que se encarga de diseñar el atrezzo que ejemplifica el lema elegido. Por eso, aparte de los carteles con los principales leitmotivs –Injusticias, Pobreza, Soledad, Inmigración–, también ha diseñado este año un grifo del que salía el agua a la que hacía referencia el lema de este 2021: '¿Y tú, te lavas las manos?'. También se cuenta con una orquestrina formada por tres guitarras, un violín y varias cantantes, que van remachando con sus cantos y melodías todas las partes de que consta la Misa del Alba, más larga de lo que suele ser habitual. Por último, cabe decir que durante la celebración de ayer hubo dos jóvenes que la vivieron con especial intensidad. Se trataba de Isaac y Thomas, que hicieron la comunión. Por este motivo, a la hora del ofertorio, fueron ellos quienes llevaron hasta la barca que hacía de altar el pan y el vino que se tenía que consagrar, y fueron los dos primeros en comulgar. La misa la encabezaron los rectores de las parroquias de Blanes, Enric Roura y Josep Perrich, así como un capellán del Colegio Santa Maria. Igual que ya se hizo el año pasado, ayer también se suprimió el habitual desayuno compartido que se solía hacer una vez finalizada la celebración, a base de ingredientes aportados por los mismos participantes en la celebración al aire libre. De este modo ayer se dio cumplimiento, a pesar de la pandemia, a una liturgia que cada año sirve para saludar a un nuevo curso, un cambio de estación del año.
Las parroquias de Blanes han celebrado la XVIII Misa del Alba
							27 de septiembre de 2021 a las 09:26h
			
                                    
             
    
                                                        
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