El grupo de investigación Laboratorio de Ingeniería Química y Ambiental (LEQUIA) de la Universidad de Girona (UdG) lidera SPORE-MED, un proyecto coordinado por el investigador Jesús Colprim que busca hacer más eficientes y sostenibles las depuradoras urbanas de aguas residuales en los países mediterráneos. El proyecto, de una duración de tres años, tiene un consorcio de siete universidades y dos grandes empresas de España, Italia, Grecia, Chipre, Marruecos y Túnez. SPORE-MED también cuenta con la colaboración de investigadores del grupo de ecología molecular microbiana (gEMM) de la UdG.
Las depuradoras urbanas son infraestructuras hídricas necesarias para tratar el agua que utilizamos y devolverla al medio en buenas condiciones. En los últimos años las depuradoras también están convirtiéndose en una fuente de recursos- como agua regenerada o nutrientes- y un elemento clave de vigilancia epidemiológica. Sin embargo, siguen siendo unas grandes consumidoras de energía y aún no son capaces de eliminar algunos contaminantes. Con un presupuesto de 3,67 millones de euros- de los que 3,35 son financiados por la fundación PRIMA-, el proyecto SPORE-MED tiene como objetivo mejorar las depuradoras actuales para que respondan a estos y otros retos del nexo agua-energía-alimentación-
Durante los tres años de duración del proyecto está previsto que se construyan y se instalen cuatro plantas piloto en depuradoras de los países participantes para evaluar procesos de tratamiento y sistemas de monitorización innovadores que aún no están disponibles en el mercado. La empresa GS INIMA Environment validará un proceso de depuración de barros actividades de alto rendimiento con bajo consumo energético; la Universidad de Girona y la Universidad de Sfax (Túnez), la recuperación de nutrientes en forma de estruvita para fabricar fertilizantes; la Universidad de Salerno (Italia) y la Universidad Técnica de Creta (Grecia), la eliminación de microplásticos y de otros microcontaminantes por medio de membranas; la empresa ADASA, sistemas de monitorización microbiológica y de nutrientes; y la Universidad de Sfax, un sensor para incrementar la ratio de detección del virus SARS-CoV-2.
Más allá de la mejora y la sostenibilidad de los sistemas de saneamiento, el proyecto también contribuirá a la obtención de nuevos productos y servicios en los sectores agrícola y sanitario. La Universidad Politécnica Mohammed VI (Marruecos) evaluará el valor agronómico de los fertilizantes obtenidos y la irrigación con agua depurada, y la UdG determinará el efecto de estas prácticas agrícolas en la microbiología del suelo. En el ámbito de la salud, la Universidad de Chipre pondrá en marcha un nuevo sistema de seguimiento del virus SARS-CoV-2 y de la resistencia microbiana a los antibióticos en la región de Nicosia.
Además, la Universidad Autónoma de Barcelona evaluará los impactos ambientales y económicos de estas tecnologías, productos y servicios teniendo en cuenta todo su ciclo de vida; la Universidad de Girona estudiará su aceptación social; y la Universidad de Chipre llevará a cabo un análisis de riesgos de la reutilización de agua tratada por riego agrícola. Todo ello, con el objetivo de transferir los resultados del proyecto a la sociedad, sea a través de la explotación llevada a cabo por las dos empresas participantes, la licencia de las tecnologías validadas a entidades externas, o la creación de empresas spinoff por parte de las universidades.
Primera toma de contacto
Una veintena de los participantes del proyecto se han encontrado en una reunión inicial que ha tenido lugar el 5 y el 6 de junio en el Parque de Investigación e Innovación de la Universidad de Girona. La vicerrectora de investigación de la UdG, Maria Pla, ha dado la bienvenida a los participantes, que han planificado las actuaciones que se llevarán a cabo durante el primer año. Además, han visitado la depuradora de aguas residuales de La Garriga (Barcelona), donde se encuentra instalado un piloto a pequeña escala de uno de los procesos de tratamiento innovadores que se validarán en el proyecto.