La cómoda victoria en las elecciones municipales le permitió a Josep Bofill ser reelegido como alcalde de l'Escala. El nuevo sistema de recogida selectiva, la mejora de la oferta turística, el servicio de la piscina municipal o el nuevo planeamiento urbanístico son algunos de los retos que aún enfrenta el gobierno socialista. Hablamos con el alcalde escalense en esta entrevista para La Ciutat.
¿Qué valoración hacen de la temporada de verano en l'Escala?La temporada de verano ha sido un poco rara, sobre todo el mes de julio. Hablando con comercios, bares, restaurantes y hoteles tienen la sensación de que el mes ha sido extraño en cuanto a la constancia. Ha habido altibajos. Sin embargo, agosto ha vuelto a ser extraordinario. Si miramos la temporada desde Semana Santa, ha sido muy buena.
¿En qué ámbitos se puede mejorar la oferta turística?Al final, acabamos siendo destino turístico en gran parte por la playa. No debemos perder quiénes somos. Aparte de eso, l'Escala lleva años trabajando en la generación de actividades fuera de temporada. Estas hacen que haya mucha actividad los fines de semana, Semana Santa y Navidad. Además, hemos sacado 2,5 millones de Next Generation en temas de transición digital y energética, que nos aportan proyectos importantes: la reforma del paseo marítimo para terminar de cerrar el anillo del casco antiguo y un par o tres de proyectos importantes con respecto a la divulgación del patrimonio y espacios naturales.
La idea es mantener el turismo de playa, incluyendo la generación de actividades culturales y la oferta de naturaleza. Además, añadiría la parte comercial. En los últimos años se ha convertido en una mejora importante. Los pueblos de alrededor lo perciben y vienen a comprar aquí porque los negocios han hecho mejoras.
¿Qué balance hace de la Fiesta Mayor?Es la traca final de temporada cuando llega septiembre. En los últimos años ha sido multitudinaria y este año hemos tenido unos 30.000 participantes. Una de las nuevas actividades era un circuito de humor amarillo que se hacía en torno a la playa. Además, este año, hemos redistribuido los espacios. Aunque hay una fuerte identidad de hacer la fiesta en el casco antiguo, ha sido un acierto desplazar los fuegos artificiales y la fiesta final a la zona de Riells. No tiene este tirón durante todo el año y desplaza el núcleo de atención a una zona que también forma parte del pueblo.
La sequía también ha afectado a la hora de modificar algunos actos.Tenemos una actividad muy tradicional como el corremulla. El año pasado ya hicimos el gesto de llenar los contenedores y piscinas con agua salada y ahora lo hemos repetido. Una actividad que nos dolió mucho renunciar este año fue el tobogán acuático. Pensamos que no tocaba, aunque aún estábamos en normalidad. La sequía es un tema preocupante y somos sensibles a esta problemática.
Uno de los problemas de este verano ha vuelto a ser la red de baja tensión. Han pedido mejoras a la empresa. ¿En qué punto se encuentra la situación?Cada final de temporada hacemos una reunión con los responsables de la zona. El año pasado les hicimos venir para que explicaran las inversiones que estaban haciendo. En 2022 hubo muchos problemas, hicimos una rueda de prensa y aseguraron que invertirían 4 millones y medio en la zona de la Costa Brava. Las inversiones han llegado a cuentagotas a l'Escala. Ha habido alguna mejora en algún sector del Casco Antiguo, pero no llega a lo que se necesita: intervención en las líneas viejas, deterioradas e infradimensionadas, y la instalación de un nuevo transformador que libere de carga estas líneas.
Es una guerra que lleva años abierta. Parece que la administración local tenga mucho que hacer. Tenemos mucho que decir, pero hacer... poca cosa. Cada año apretamos a la empresa y no pararemos de hacerlo hasta que consigamos las mejoras.
La gestión del servicio de la piscina municipal ha sido otra patata caliente del verano. ¿Cuál es la hoja de ruta para este equipamiento y qué servicios son viables de municipalizar?Estamos en el punto del estudio de la viabilidad económica de la piscina. Venimos de una concesión de 20 y pico de años. Cuando arrastras un contrato de tan larga duración, al final el administrador acaba pagando la dejadez del servicio. Al principio, todo es nuevo y después las inversiones son mínimas. Habíamos llegado a un punto en que el servicio era tan nefasto que tuvimos que poner sobre la mesa la resolución, también instada por la empresa, que decía que no le salían los números.
Aunque la empresa no tenía que dejar el servicio en la fecha pactada porque le habían estimado los recursos, nos habíamos preparado para el cambio. Fue un éxito tener sólo un día cerrada la piscina. Al día siguiente se pudo continuar con los servicios previstos. Lo que hemos hecho estos tres meses es continuar con lo que había previsto y dotando de más estructura al personal, ya que había varios departamentos con deficiencia de personal (socorrismo, control de entrada y limpieza). Ahora estamos en el momento de terminar de encarar la transición para obtener el modelo de gestión definitivo. Esperamos el estudio económico y la auditoría de instalación, que nos dirá qué inversión necesita. De cara al futuro, la opción que ponemos políticamente sobre la mesa es la gestión directa, pero hoy día me cuesta terminar de afirmar cuál será el servicio que se podrá gestionar directamente y cuál se tendrá que externalizar.
¿Qué supone en el ámbito presupuestario?Es un golpe importante en cuanto a gasto e ingreso, ya que es una parte importante en el presupuesto de l'Escala. Tenemos un gasto corriente de unos 21 millones de euros y la piscina sola son 700 mil euros, que hasta ahora no tenía que incorporar al presupuesto. Ahora hemos incorporado la mitad y el año que viene, si se gestiona directamente, se tendrán que incorporar los 700 mil euros. Por lo tanto, el estudio económico nos tendrá que detallar bien cuáles son estos números para que no sean un lastre.
¿Se tendrán que modificar las tasas?Las tasas del servicio de piscina son económicas. Para este año no nos planteamos tocar tasas porque no hay una mejora sustancial. Ahora bien, de cara al futuro, viendo los incrementos de costes que hay y si podemos poner los servicios a la hora del día, la tasa se tendrá que tocar con una proporción realista y justa.
En su investidura hablaba de decisiones que irían más allá de estos cuatro años. El planeamiento urbanístico es uno de ellos. ¿Cómo se trabaja?Es la tercera legislatura que lo encaramos. El otro día hicimos la renovación de los miembros de la comisión de seguimiento. Cuando nos planteamos la revisión del planeamiento había dos alternativas: externalizarlo o asumirlo directamente con personal propio. Se optó por esta última opción porque cuando lo externalizas los redactores no tienen la información de primera mano y a veces se echa atrás, como en Roses. Esto, sin embargo, conllevaba que no sería tan rápido. Además, la pandemia detuvo el proceso de participación ciudadana previsto en marzo de 2020. Hemos ido haciendo camino y ahora estamos en una legislatura definitiva para encarar el cierre de este documento.
Al principio, tomamos la decisión de crear una comisión de seguimiento donde participaran todos los grupos municipales del plenario. Es una manera de trabajar con máxima transparencia y escuchando las opiniones de todos los representantes de la gente. Al final, la redacción del POUM afecta a todo el municipio por más de una legislatura.
¿Cuáles son los principales ámbitos que debe tocar?L'Escala es un pueblo que está muy definido urbanísticamente, no tenemos posibilidades de crecer. Lo que debemos enfocar es un planeamiento con revisión de usos y densidades de los diferentes espacios, teniendo en cuenta el aspecto de movilidad sostenible. Todo va enfocado hacia una movilidad a través de vehículo eléctrico, compartido o las bicis. Será un aspecto clave a tener presente de cara a la revisión.
¿Qué demandas tienen en el ámbito de la movilidad con el resto de municipios de la zona?Hace unas semanas nos reunimos con los gerentes de la empresa del transporte público. Es una competencia que va más allá del ámbito municipal. Entendemos que debe haber una buena aportación de la Generalitat y los municipios debemos facilitar el acceso de los autobuses. Se habla del tren de la Cosa Brava... pero el tren lo veo muy lejano. En cuanto a la movilidad compartida, deberá haber muchas más líneas de conexión con Figueres, Camallera, Flaçà o Girona.
Tienen pendiente la aplicación de un nuevo sistema de recogida de residuos. ¿Cuáles son los sistemas que sondean?Aplicamos el nuevo contrato de limpieza en su totalidad el año pasado y el mismo contrato ya preveía un nuevo sistema de recogida de residuos y gestión. Debemos mejorar el porcentaje de reciclaje. Esto pasa por la concienciación y un nuevo sistema. Tenemos una tipología de población concreta que funciona por barrios. Hay barrios más estacionales y otros de todo el año. Deberíamos ver cómo funcionan y, a partir de aquí, decidir qué tipología aplicamos. El primer paso que debemos dar es encarar a los grandes productores, que aportan un porcentaje muy elevado de l'Escala. Después, miraremos qué tipología de barrios tenemos. En los más residenciales, seguramente pasará por el puerta a puerta y en los menos residenciales tendremos que ver si lo hacemos a través de contenedores inteligentes o plataformas temporales.
Las tarjetas serían difíciles de aplicar para los turistas...No es fácil. Nos hemos dado cuenta de que tenemos mucho turista norte-europeo. Siempre nos dicen que debemos tomar ejemplo de estos países, pero cuando vienen aquí no respetan tanto el medio ambiente. Vienen a pasarlo bien y no son tan conscientes de que se debe reciclar. Debemos hacer un buen estudio para ver cómo debemos funcionar.
Recientemente, la pesca ha sido tema de debate en el Congreso. Al final, se ha echado atrás la restricción de la pesca de sardinas, que desde l'Escala se había criticado mucho. Entiendo que están contentos con la decisión, pero ¿cree que se deberá actuar de alguna manera?Si hablas con el mismo sector, están de acuerdo en que se debe hacer un plan de gestión. Se debe hacer sin que toque de muerte al sector. Según lo que me explican, hace un par de años fueron a unas reuniones donde se decía que las decisiones se tomarían de forma conjunta y se han encontrado con una normativa que no había terminado de recoger sus demandas. El sector entiende que se debe regular. No es que no se pesque (hay mucho pescado), sino que no termina de crecer. El tamaño es el hándicap que tenemos. Por lo tanto, se debe regular. Por ejemplo, con unas paradas biológicas, que deberían ir acompañadas de alguna alternativa para el sector. O le das compensaciones o el sector muere.
En definitiva, la solución debe venir por un apoyo del Estado.Creo que sí. Cuando en el norte tuvieron problemas con la anchoa, ya se hizo. Se les dio subvenciones y aportaciones para que hicieran modificaciones en las embarcaciones e ir a buscar otros pescados. Imponer una parada sólo de sardina durante cuatro meses no tiene sentido. Primero, porque es el 80% de su pesca y, segundo, porque no se puede pescar sólo sardina. La solución vendrá por una ayuda económica.