El Ayuntamiento de Girona pone en marcha un plan para extender los entornos escolares seguros por toda la ciudad y, allá donde se pueda, ganar zonas de juego en la calzada. La primera actuación se hará en el Bruguera, donde el consistorio cortará de manera permanente el tránsito en la calle Artillers. La voluntad es hacerlo antes de Navidad.
Allá donde se pueda, se sacarán coches alrededor de las escuelas; y donde no sea posible, se habilitarán itinerarios seguros. En paralelo, la teniente de alcaldía Cristina Andreu y la concejala de Educación, Queralt Vila, han explicado que el proyecto también quiere hacer “entornos saludables y de juego” junto a los centros, habilitando plazas públicas allá donde ahora hay asfalto para que los niños jueguen “y las familias y vecinos hagan vida de barrio”.
El plan para extender los entornos escolares seguros a toda la ciudad se enmarca dentro de la voluntad del equipo de gobierno de avanzar hacia una Girona más amable. “Actualmente, la vialidad ocupa una zona demasiado extensa del espacio público, y queremos transitar hacia una Girona que permita llegar puerta a puerta con facilidad bien sea a pie, en autobús o en bicicleta”, ha explicado la teniente de alcaldía de Transformación Urbana, Cristina Andreu.
El proyecto que ahora el Ayuntamiento pone en marcha quiere “dar continuidad y acelerar” aquellas medidas que ya se impulsaron durante el último mandato para promover los caminos escolares seguros (en lugares como el Cassià Costal o el Marta Mata). Pero no sólo eso, sino que también quiere ir más allá; y en todos los lugares donde sea posible, crear plazas públicas junto a las diferentes escuelas de infantil y primaria.

La concejala de Educación, Queralt Vila, explica que el proyecto tiene tres ejes básicos: crear entornos escolares seguros, saludables y de juego. De entrada, el objetivo es “dar autonomía a los niños y a sus familias, y facilitar que puedan llegar caminando a los centros”.
“A menudo nos encontramos con una pescadilla que se muerde la cola, porque en las escuelas donde no es fácil ir a pie, los padres optan por el coche, y esto agrava la situación; lo que queremos es romper con la dinámica”, concreta Queralt Vila. Por eso, el consistorio analizará caso por caso y, allá donde se pueda, cortará permanentemente el tránsito de una de las calles que den a la escuela. Y si esto no es posible, habilitará itinerarios seguros para los niños.
De entrada, el primer centro donde se implantará este plan es la escuela Bruguera (situada en la confluencia entre Jaume I, la calle Artillers y la de Bonastruc de Porta). El Ayuntamiento cortará del todo el paso de vehículos por la calle Artillers. “Si puede ser, antes de Navidad”, ha precisado Cristina Andreu.
Además, el consistorio también prevé implantar la misma medida en la escuela de Santa Eugènia (el colegio Groc) liberando la calzada de la calle Nostra Senyora de la Salut, y en la escuela Àgora del barrio de Sant Narcís. En este caso, sin embargo, la teniente de alcaldía ha dicho que aquí “la fórmula” que se adoptará para el corte del paseo Ramon Berenguer —el que hay delante de la escuela— se debe estudiar más a fondo (porque por esta rambla pasan líneas de autobús y habrá que ver cómo se redirigen).

Plazas públicas y espacios de juego
En cuanto a las otras dos patas del plan, las que hacen referencia a los entornos saludables y de juego, la concejala de Educación ha dicho que el objetivo del consistorio será “reducir la contaminación alrededor de las escuelas”. No sólo la ambiental, sino también la acústica, porque se ha demostrado que “no favorecen el aprendizaje de los niños”.
Finalmente, Queralt Vila ha explicado que el proyecto, que se llevará a cabo a lo largo del mandato, también quiere “crear una plaza pública” delante de todos aquellos centros de primaria donde esto sea posible. Es decir, aprovechar aquellas calles que se cortarán al tránsito para reconvertirlas en espacios “de juego espontáneo” para los niños, y permitir que “tanto las familias como los vecinos puedan hacer tanto vida social como comunitaria”.
Por eso, la teniente de alcaldía de Transformación Urbana ha explicado que, una vez se hayan sacado los coches de estas calles, el consistorio hará una tarea “de urbanismo táctico”, repensando de qué manera se pueden reconvertir en plazas, teniendo en cuenta también “criterios de transición ecológica” (por ejemplo, que incluyan zonas de sombra).
Cristina Andreu ha subrayado que el plan para acelerar los entornos escolares seguros en toda Girona se hace de la mano de la comunidad educativa (directores de centros, AFA) y las asociaciones de vecinos. La teniente de alcaldía también ha dicho que el calendario para sacar adelante las diferentes propuestas dependerá de cada caso; es decir, de la situación de las escuelas. “En todas aquellas en que sea factible hacerlo rápido, sin embargo, así se hará”, ha concluido.