Los tres acusados de intentar matar a un joven a cuchilladas por motivos racistas la madrugada del 24 de septiembre de 2022, durante la fiesta mayor de Santa Coloma de Farners, se enfrentan cada uno a 14 años, 11 meses y 29 días de prisión. La acusación particular los acusa de un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de motivos discriminatorios por razón de raza u origeny argumento de que los procesados actuaron con "una intencionalidad netamente racista": "Esta forma de actuación de los acusado es expresiva de su perfil de polarización y radicalización evidente en ideología de extrema derecha y antiinmigración". Según el escrito de acusación, tras una primera agresión, uno de los acusados apuñaló a la víctima en el tórax y en el abdomen.
El escrito de conclusiones provisionales de la acusación particular, encabezada por el letrado Benet Salellas, recoge que los tres acusados salieron de noche a la fiesta mayor de Santa Coloma de Farners y hacia las 3.30 horas de la madrugada del 24 de septiembre de 2022 coincidieron en la zona del pabellón con el grupo de jóvenes de las víctimas,provenientes de la localidad de Arbúcies. Según remarca, el grupo era "de composición manifiestamente multirracial" y los procesados se dirigieron hacia ellos con agresividad "sin otro motivo que la repulsión y animadversión contra las personas de origen extranjero". La acusación particular señala que comenzaron a proferir "expresiones de carácter netamente racista" como "negro" o tildando de "traidora" a una chica blanca que formaba parte del grupo. Entonces, y siguiendo el relato del abogado de las víctimas, los acusados dirigieron "un ataque" contra el grupo de jóvenes de Ibiza y centraron la agresión en dos chicos "racializados". La acusación arguye que los tres procesados actuaron siguiendo "la ejecución del plan de común acuerdo y en actuación conjunta por su rechazo a las personas de origen extranjero". Uno de ellos sacó un cuchillo mientras los otros dos "intimidaban" al resto de jóvenes con un cinturón y una botella rota para evitar que pudieran ayudar a sus amigos. El procesado que llevaba el arma blanca hirió a una de las víctimas en el brazo y, de forma "completamente inesperada", asestó varias cuchilladas en la zona del abdomen y en el pecho al otro joven. La acusación particular remarca que el ataque fue con el objetivo de matarlo o sabiendo que podía poner fin a su vida y que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse: "Para hacernos una idea de la gravedad del ataque solo hay que atender el hecho de que los equipos médicos tuvieron que aplicar cuarenta puntos de sutura en el tórax y abdomen de la víctima". Las puñaladas le provocaron "una evisceración de parte del intestino delgado". La acusación expone que los tres procesados huyeron del lugar de los hechos tras la agresión "con hacha, sin auxiliar a las víctimas y haciendo desaparecer el arma del crimen". La víctima necesitó tratamiento quirúrgico y sufre secuelas tanto físicas como psicológicas.
