Prende fuego a una casa ocupada de La Selva porque estaba "harto" de la "suciedad"

02 de julio de 2025 a las 16:04h

La Audiencia de Girona ha juzgado este miércoles a un acusado que se enfrenta a 15 años de prisión por prender fuego a una casa vecina en Santa Coloma de Farners el 3 de mayo de 2022. En la sala de vistas, el procesado ha explicado que estaba "harto" de la suciedad que se acumulaba en la vivienda y que se le "cruzaron los cables" cuando llegó a su casa y se encontró una rata en el lavabo.

Por ello, admite que cogió cartón y un mechero e incendió las bolsas de desecho "putrefacto" que, según ha asegurado, había en el acceso de la casa. El acusado ha expuesto que, aunque habían vivido ocupas, se habían marchado tras un primer fuego que tuvo lugar en enero.La defensa pide la absolución y el juicio ha quedado visto para sentencia.

El acusado no ha tenido ningún problema en reconocer en el juicio que hacia las nueve y media de la noche del 3 de mayo de 2022 cogió "un trozo de cartón y un mechero" y prendió fuego a la entrada de la casa vecina. Según ha aseverado, hacía años que soportaba problemas derivados del estado de insalubridad de la vivienda.

El procesado ha detallado que la gota que hizo derramar el vaso fue cuando, volviendo del trabajo, sintió fresa en el lavabo y se encontró una rata "muy grande y mojada" dentro. Respondiendo a las preguntas de la fiscal, ha dicho que el roedor "sólo" pudo entrar por las tuberías o por el mismo inodoro y cree que provenía de la casa vecina, por los desechos "putrefactos" que se acumulaban en el exterior.

De hecho, ha añadido que las ratas ya le habían "invadido" el parking y que tuvo que alquilar otro más alejado para evitar que le estropearan el coche.

El acusado ha detallado que, hasta que hubo un primer incendio en la vivienda en enero del mismo año, habían vivido ocupas y habían dejado numerosas bolsas con comida que se había ido "podriendo" con el paso de los tiempos. En el momento de los hechos, sin embargo, sostiene que la casa estaba deshabitada. Por ello, remarca que incendió los desechos porque estaba ofuscado por la situación y que en ningún momento se planteó que dentro del inmueble pudiera haber alguien o que pudiera calcinar la casa.

El procesado ha asegurado que, justo antes de provocar el incendio, insultó en varias ocasiones diciendo "hijo de puta", pero, según su versión, las groserías iban dirigidas a las ratas, no contra ninguna persona concreta.

El acusado ha afirmado que la casa no tenía puerta de acceso y que las bolsas con desechos que incendió estaban situadas en el exterior, no dentro del inmueble.

La fiscalía le acusa de un delito de incendio y pide 15 años de prisión porque considera que el procesado provocó el fuego "movido por el propósito de quemar toda o parte de la casa", sabiendo que las llamas podrían propagarse y extenderse a la planta superior y "teniendo conocimiento" de que en el inmueble "pernoctaban habitualmente personas, con el riesgo que ello podía suponer para su integridad corporal".

El escrito de acusación remarca que los Bomberos tuvieron que intervenir para sofocar las llamas y que la casa sufrió "numerosos daños que afectaron a la estructura vertical de manera grave".

 

Ruina "inminente"

En el juicio han declarado agentes de los Mossos d'Esquadra que participaron en la intervención e hicieron el reportaje fotográfico del inmueble, pero no han citado a ningún bombero que detallase el alcance del incendio o cuánta rato tardaron en apagarlo.

Sí ha declarado una perita que ha concretado que, ya en enero y tras el primer incendio, ella como técnico y la arquitecta municipal elaboraron un informe declarando el "peligro de ruina" de la vivienda. Según ha dicho en el juicio, tanto por las consecuencias del primer fuego como, sobre todo, por la presencia de insectos que afectaban a la estructura y a las vigas de madera. "No reunía condiciones de habitabilidad", ha dictaminado. Cuando fueron a hacer el informe, no encontraron a nadie viviendo en el interior de la casa.

Tras el segundo incendio, el que ha confesado el acusado, decretaron la "ruina inminente" de la casa para que se procediera al derribo "inmediato". La propietaria del inmueble ha asegurado que el coste de hundirlo ha sido de 12.000 euros, que ha tenido que asumir.

La mujer ha expuesto que pocos días antes de los hechos fue a la casa y todavía vivían ocupas. Una testigo que vio el inicio del incendio desde un balcón ha aseverado que vio "una sombra" dentro del inmueble, pero no salió nadie a la calle.

La defensa pide la absolución. Como alternativa, pide la pena mínima de 1 año de prisión porque sostiene que el fuego no supuso "un peligro para la vida o integridad física de las personas". Por ello, considera que, en todo caso, sólo podrían condenarlo por daños por incendio a una propiedad privada.

El juicio, que se ha realizado en la sección cuarta de la Audiencia de Girona, ha quedado visto para sentencia.

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