El colectivo Cacau i Negritud ha puesto contra las cuerdas al Ayuntamiento de Girona exigiendo que en la Cabalgata de Reyes del 2026 no haya ninguna persona pintada de negro. La entidad ha presentado una denuncia en la Casa de la No-Discriminación, avalada por más de 80 firmas y 15 entidades, donde califica esta práctica de “racista, burlesca y discriminatoria”.
Uno de sus portavoces, Aliou Diallo, ha sido tajante: “La negritud no es un disfraz. Pueden pintarlos de unicornios si quieren, pero no de negro”. Según explican, ver a personas blancas pintadas en el séquito del rey Baltasar provoca “ridículo” y “violencia simbólica” a muchas familias afrodescendientes.
El escrito denuncia que el ‘blackface’, lejos de ser una tradición inocente, está arraigado en la deshumanización y perpetúa estereotipos racistas en un acto institucional y familiar. Por ello, reclaman que el Ayuntamiento y los Manaies —organizadores de la cabalgata— adopten un compromiso público y por escrito para acabar definitivamente con esta práctica.
El colectivo critica que lleva tres años intentando negociar y que hasta ahora solo han recibido “buenas palabras, pero ningún paso real”. Diallo insiste en que no les corresponde “hacer voluntariado” buscando personas negras para el séquito de Baltasar: su demanda es clara y única —que no se pinte nadie.
Durante la presentación de la denuncia, varios activistas han desplegado carteles con mensajes como “La infancia negra gerundense merece una cabalgata sin racismo” o “La negritud no es un disfraz”.
Además, Cacau i Negritud ha denunciado nuevamente las multas de 300 euros impuestas a dos miembros que protestaron en la edición anterior. Consideran la sanción “injusta” y acusan a los Mossos de “mentir” en el atestado.
Desde el Ayuntamiento, la concejala Queralt Vila asegura que el consistorio trabaja con los Manaies para garantizar que el séquito de Baltasar lo formen personas negras y recuerda que tendrán prioridad de acceso a la comitiva. “Si hay suficientes participantes afrodescendientes, no se pintará a nadie”, afirma.
La polémica está servida de cara a 2026, con la presión del colectivo y el compromiso municipal poniendo la Cabalgata de Girona en el centro del debate sobre racismo y tradición.
