Blanes pone en valor su pasado corsario con ‘La Cruz de los Piratas’ del siglo XV

05 de noviembre de 2023 a las 17:10h

Sin duda, si hay algo que atrae a todo el mundo es poder conocer aspectos de la historia de un municipio –ya sea el propio o porque se le visita– que quizás se desconocían, o bien se tenía alguna noción pero sin acabar de saberlo todo con certeza. Por eso, cada vez que se organiza alguna actividad relacionada con este ámbito suele atraer a una gran cantidad de público.Este ha sido, una vez más, el caso de la nueva experiencia que se ha acogido en Blanes este fin de semana, rodeada de misterio hasta que no se han realizado las dos jornadas con cuatro sesiones de Visitas Guiadas Teatralizadas. En esta ocasión el Ayuntamiento de Blanes, a través del Archivo Municipal, ha puesto en valor su pasado corsario con la inauguración de un nuevo espacio que se ha señalizado para que a partir de ahora pase a formar parte de la Ruta Patrimonial de Blanes.‘La Cruz de los Piratas’, entre la leyenda y la realidad de los corsarios del siglo XVLa piratería fue una terrible plaga que tuvo atemorizada la costa catalana a lo largo de varios siglos. No tenían nada que ver con los cinematográficos y carismáticos corsarios que hicieron populares en el cine actores como Burt Lancaster, Douglas Faribanks o el más actual Johnny Deep. Asaltaban, saqueaban, raptaban, violaban y mataban a los habitantes de las villas que asaltaban.La villa de Blanes, para protegerse de los ataques marítimos, se fortificó con murallas, un baluarte y varias torres de defensa. En uno de los muros que rodeaba el Palacio Viscondal de los Cabrera –la actual Iglesia Santa María–, el que miraba al mar, hoy en día aún es visible una silueta que se denomina ‘La Cruz de los Piratas’. Dice la leyenda que en el siglo XVI, en tiempos del vizconde Bernat IV de Cabrera, se pudo capturar un barco pirata.Los tripulantes fueron decapitados y sus calaveras se incrustaron en el muro en forma de cruz para disuadir, como elocuente advertencia a otros piratas a quienes se les ocurriera atacar Blanes. En las cavidades de los ojos se pusieron velas para que la cruz se pudiera ver de noche, en la lejanía, desde el mar. Esta es la versión más legendaria, más romántica, si se quiere.En cambio, hay otra versión menos literaria que relaciona la cruz con la proximidad del viejo cementerio que había en el subsuelo de la actual Plaza de la Iglesia, frente al Palacio Viscondal que hoy en día es la Parroquia Santa María. En algún momento en que se hicieron obras en el antiguo cementerio se colocaron los cráneos en forma de cruz, y algunas opiniones apuntan a que podría haber sido después de que se produjeran unas fuertes lluvias que removieron toda la tierra de la necrópolis que en tiempos pretéritos había aquí.Iluminación y Señalización para el nuevo espacio de la Ruta PatrimonialActualmente aún se puede observar el contorno de la cruz con las cavidades dejadas por las calaveras. De cara a la recuperación de esta atractiva leyenda –mitad verdad, mitad invención o no– que forma parte de la historia pretérita de Blanes, desde el Archivo Municipal y Patrimonio del Ayuntamiento de Blanes se ha trabajado en dos ejes principales.Por un lado, se ha limpiado y desbrozado ‘La Cruz de los Piratas’ que hay en el muro de contención de la Plaza de la Iglesia. Después de los trabajos de limpieza y adecuación, se le ha dotado de una efectista iluminación que dibuja su contorno para que el perfil de la macabra cruz sea visible a la vista durante la noche. Cabe decir que durante estos días, mientras se realizaban estas tareas, aún se encontraron restos de las antiguas calaveras reales que había incrustadas, sustituidas ahora por otras de atrezo.Inauguración de la nueva placa y Visitas Teatralizadas con 200 personasLa otra acción que se ha organizado desde el Archivo Municipal para valorizar este nuevo punto de la Ruta Patrimonial ha sido organizar varias Visitas Guiadas Teatralizadas que se han realizado dos noches seguidas: las de los pasados viernes y sábado. La expectación creada por el evento hizo que, una semana antes de que tuvieran lugar las cuatro sesiones de las visitas guiadas, las plazas ya habían quedado agotadas, nada más anunciarse la actividad.Se han realizado cuatro sesiones –dos el viernes y dos el sábado, además del ensayo general de la noche del jueves que también se hizo con un público reducido–, que han contado con una asistencia récord: cerca de 200 personas. Para teatralizar y dar a conocer ‘La Cruz de los Piratas’ se ha contado con la participación del grupo de teatro ‘El Mirall’ y con el ‘Cor de Cambra Sota Palau’.El público ha realizado un recorrido que comenzaba en la Fuente Gótica de la Calle Ancha que se podía rodear en todo su entorno inéditamente, ya que habitualmente hay una reja que restringe el paso por su lado posterior. Después seguía una errática ruta que finalmente le conducía a poder ver ‘La Cruz de los Piratas’ iluminada.A lo largo del recorrido, el Cor de Cambra Sota Palau ofrecía varias piezas de la época de los corsarios, pero también se iba encontrando con diversos personajes incorporados con la habitual ironía y buen humor marca de la casa del grupo de teatro El Mirall. Así, había desde una mujer gótica –es decir, con la típica ropa mezcla de punky y ghost– hasta un auténtico corsario como los de la obra musical ‘Mar i Cel’, pasando por la misma Virgen María –dotada de una dulzura que quizás era consecuencia de otros efluvios marihuanos–, la viuda de Bernat IV de Cabrera, o bien los dos histriónicos Guías Turísticos, pasando por una joven Flautista de Hamelín y un auténtico Timbaler del Bruc.En la primera visita guiada oficial que se realizó la noche del viernes, este recorrido culminó con la inauguración de la placa que señaliza este espacio de la Ruta Patrimonial. El alcalde de Blanes, Jordi Hernández, y la concejala del Archivo Municipal y Patrimonio Histórico de Blanes, Mónica Rabassa, se encargaron de hacer el descubrimiento de la placa incrustada en el muro que actúa de barandilla de las escaleras que conducen a la cima de la Plaza de la Iglesia por la Calle Santa Anna, situado precisamente al lado del Archivo Municipal.

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