Esta semana se ha comenzado a elaborar un mural artístico cargado de significado y contenido, que quiere ser un reconocimiento visual a muchas personas anónimas que contribuyen a salvar vidas. Ya hace tiempo que es constatable el hecho de que uno de los lugares de las comarcas de Girona y Cataluña donde cada año se registra un mayor número de donaciones de sangre es Blanes.Ha sido por este motivo que el Ayuntamiento de Blanes decidió homenajear a las mujeres y hombres que periódicamente, sin esperar nada a cambio, contribuyen a ayudar a otros con un sencillo pero esforzado gesto de responder a los llamamientos de donación de sangre. El mural artístico se está creando directamente sobre el lugar donde se eligió instalarlo: una de las fachadas de la Biblioteca Comarcal de Blanes.Y es que este es el lugar de Blanes donde más veces se va a lo largo del año para donar sangre, donde se acogen las campañas ordinarias que regularmente se organizan en el municipio. Se trata de la fachada que hay a la izquierda de la entrada principal, la que conduce a poder entrar en uno de los servicios culturales que, además, es el que cuenta con más usuarios en el municipio.Impulsada por el Área de Salud del Ayuntamiento de Blanes, esta decisión se dio a conocer el pasado mes de junio coincidiendo con el Día Mundial de los Donantes de Sangre. Se encargaron de comunicarlo personalmente el alcalde de Blanes, Àngel Canosa, y la teniente de alcalde de Salud, Marina Vall·llosada, al Banco de Sangre y Tejidos de Girona y representantes en Blanes de la Asociación de Donantes de Sangre de Girona.Participación ciudadana para contribuir al contenido del muralEl mural artístico lo está diseñando y elaborando la artista de Blanes Sònia Luna, y tan original será su forma como la manera en que se ha hecho el proceso de creación. A lo largo del verano se depositó una urna abierta a la participación de la ciudadanía, para que contribuyera de una manera enigmática en el proceso creativo. Una incógnita que estos días se está descubriendo por qué.Consistía en que escribieran en un papel, del mismo puño y letra de quien decidiera colaborar, la palabra que para cada uno simboliza la acción de donar sangre. Han participado decenas de personas que, de manera anónima, depositaron el papel con la palabra escrita que habían elegido. De entre este total de contribuciones, la artista ha elegido una treintena, que está reproduciendo con la misma caligrafía de quien la escribió en su momento.
Tal como era previsible, se da la circunstancia de que, salvo contadas excepciones, las personas que han participado depositando su respectiva sugerencia, han repetido una misma palabra. Por eso, a nadie le debe extrañar que, si visita el mural artístico una vez finalizado, no reconozca su caligrafía en la palabra que eligió en su momento.Para que todo sea más entendible, el conjunto artístico también incluirá una explicación simbólica. Así todo el mundo sabrá que se trata de un homenaje, un reconocimiento a todas las personas que han sido, son y serán donantes de sangre. Una acción que se traduce –tal como han escrito las personas que han participado en la elección de palabras- en vida, amor, salud y otras descripciones que habrá que descubrir visitando el mural.Sònia Luna, una artista de Blanes especializada en restauraciónEl trabajo que ha comenzado a hacer esta semana Sònia Luna culmina tres años de ir hablando sobre el proyecto, cuando inicialmente la idea para homenajear a los y las donantes de sangre era otra. El paréntesis de la pandemia ha obligado a dejar aparcada la iniciativa que, antes de quedar en vía muerta, ha resurgido aún con más fuerza y vitalidad, con una nueva propuesta que pronto cogió fuerza.Sònia Luna está especializada en tareas de restauración y escultura, y su obra se puede ver principalmente en fachadas, jardines y edificios de toda Cataluña y el estado español. Su especialidad también la ha llevado a tener que viajar más lejos, como por ejemplo a Lone Tree, en el estado de Colorado (Estados Unidos); en Lausanne (Suiza) y Saint Etiènne (Francia).Ha contribuido a la restauración y reposición de estucos de la emblemática Casa Batlló de Barcelona, Patrimonio de la Humanidad; el estuco de cal con piedras marcadas y deslizamientos de la fachada del Teatro Poliorama de Las Ramblas de Barcelona; o bien la restauración y restitución de esgrafiados que decoran el techo de la Iglesia de Santa Anna, en el barrio de Gràcia de Barcelona. También ha hecho esgrafiados en el Hotel Oriente de Barcelona y en la fachada del Parlamento de Cataluña, y ha sido miembro del equipo de pintura y decoración en la película de Fernando Trueba 'El Embrujo de Shanghai', rodada en Barcelona.En Blanes también se puede ver la huella de su obra en un gran número de edificios, como por ejemplo la restauración de la virgen y adaptación de su entorno en la Iglesia de la Esperanza; la fachada e interiores con estuco de cal en una casa unifamiliar de la Calle Nou. Ahora, su última obra en la fachada de la Biblioteca Comarcal se espera poder inaugurar muy pronto.