Si bien la jornada de este pasado sábado de la Fiesta de los Copatronos de Blanes quedó eclipsada por la XXXVIII Caminata Noche de San Bonós, el ciclo festivo también incluyó otros dos ingredientes, uno de los cuales también está relacionado con el deporte. Se trata de la tradicional ‘Cursa Córrer el Cós’, que tuvo lugar más de tres horas antes de que comenzaran las caminatas.
Enlaza directamente con una de las características que definen la Fiesta Mayor Pequeña, repleta de actos de raíz popular y tradicional. En este caso, las raíces de la Cursa Córrer el Cós se remontan entre los siglos X y XI, cuando los corsarios atacaban los pueblos de la Costa Brava. De hecho, uno de los principales vestigios que aún se mantienen en pie en la villa es la torre del Castillo de San Juan, desde donde se vigilaba su posible llegada.
Un total de 56 personas han participado este año en la Cursa Córrer el Cós
Organizada por el Centro Excursionista de Blanes con el apoyo de la Colla Gegantera, las inscripciones comenzaron a las seis de la tarde, y la carrera se inició a las 6:30 primero con un pasacalle con varios miembros de la Colla Gegantera, y después con las dos salidas de los corredores y corredoras. De una manera festiva y que invitaba a seguirlos, el pasacalle recorrió los 650 metros que separan el Paseo de Mar a la altura del Monumento a Joaquim Ruyra hasta la plaza de la Iglesia.
Encabezaba el pasacalle una gigantesca bandera de Blanes, seguida por varios miembros de la Colla Gegantera de Blanes, entre los que destacaban los dos Gigantes de Blanes, en Gastó y na Caterina. También estaban los diferentes gigantones, con un dato importante a tener en cuenta: los dos que suelen tener un dispositivo para tirar agua al público –Es Forcanera y en Vadó-Set-Trossos- ya no lo hacen, para concienciar a todo el mundo sobre la necesidad de ahorrar agua con la situación de sequía que hay.
Una vez llegados a la plaza de la Iglesia, los diferentes miembros de la Colla Gegantera se pusieron en posición, acompañados por miembros del Centro Excursionista, para recibir a los corredores y corredoras que tenían que ir llegando. De cara a la parte superior de la subida a la Iglesia Santa María estaban los gigantes de Blanes y un miembro de la colla con la bandera de Blanes.
Todos y cada uno de los corredores y corredoras de las dos carreras en que se dividieron los participantes tenían que ir tocando la bandera blanenca cuando llegaban arriba del todo, dando así por cerrada su participación en la carrera. Este 2023 han participado 56 personas -14 más que en 2022- sumando los y las corredoras de las dos carreras: la que estaba destinada a los chicos y chicas de 5 a 17 años, y la de los adultos.
En la primera carrera, al mismo tiempo, había tres categorías: la de los pequeños, de 5 a 8 años; la de los medianos, de 9 a 12 años; y la de los grandes, de 13 a 17 años. Por su parte, en la segunda carrera estaban los adultos. Para que el evento se pudiera celebrar con garantías de seguridad para todos, la Policía Local de Blanes se encargó de hacer cortes escalonados de tránsito, así como de escoltar a los participantes con agentes motorizados.
Primeros y primeras clasificados en las 4 categorías
Una vez llegados todos y todas a la plaza de la Iglesia se repartieron los premios, comenzando por los más jóvenes. En Infantil, categoría de los pequeños de 5 a 8 años, fueron Jan Ortuño –quien el año pasado también la ganó- y Alba Ros. En la categoría de 9 a 12 años los primeros fueron Quim Talón y Carla Garcia, y en la de 13 a 17 años los premiados fueron Roger Alum –quien también ganó en 2022- y Júlia Vilanó.
Por su parte, en adultos las tres mujeres más rápidas han sido este año Júlia Raun, Victòria Martínez –también fue segunda en 2022- y Susanna Giménez, mientras que los tres primeros clasificados han sido Marc Valls –repitiendo la primera posición del año pasado-, Albert Martínez y José Luis Domínguez.
En las tres primeras categorías que abarcaban la franja de edad de 5 a 17 años se les premió con diferentes obsequios, mientras que en la de los adultos los trofeos –tal y como se ha ido haciendo todos estos años- han sido un jamón (primer premio), un queso (segundo premio) y una longaniza (tercer premio). Independientemente, todos y cada uno de los corredores y corredoras recibieron una medalla conmemorativa en agradecimiento a su participación en la carrera.
Antes de la entrega de premios, todo el mundo tuvo la ocasión de recuperar fuerzas con agua –la más agradecida sobre todo con el bochorno que impera estos días-, así como entretenimientos azucarados. La entrega de distinciones se cerró de la manera más festiva posible: con un baile de gigantes muy celebrado por todo el mundo.