Cáritas de Girona ha conseguido encontrar trabajo a 447 personas durante 2016. Esto representa un aumento del 10% respecto al año anterior. Desde la entidad, sin embargo, alertan de que la mayoría de contratos son temporales y que, por tanto, muchos de los trabajadores siguen necesitando el apoyo de alguno de los programas de Cáritas. "Tenemos que reclamar un trabajo digno", alerta la directora, Dolors Puigdevall. En total, participaron en los programas laborales 1.190 personas. Esto supone que 1 de cada 3 ha encontrado trabajo gracias a este acompañamiento. En 2016, Cáritas atendió a 22.283 personas en todos los servicios y programas que tiene en marcha, una cifra similar a la del año anterior. Un hecho que preocupa a la entidad es que la pobreza se cronifica. Así lo demuestran los datos. Si en 2015 un 40% de los usuarios hacía más de dos años que recibía el apoyo de alguno de los programas de Cáritas, este 2016 la cifra se eleva hasta el 66%.
Incidir en la mejora educativa de los menores y jóvenes en riesgo de exclusión social y hacer un acompañamiento para ayudar a personas paradas a encontrar trabajo han sido los ejes principales de Cáritas Girona durante 2016. Durante este tiempo, la entidad ha acompañado a 1.190 personas que han participado en programas laborales para conseguir encontrar trabajo (un 17% más que en 2015). De estos, finalmente, 447 han conseguido un contrato laboral en el mercado ordinario (10% más que el año antes). Esto supone insertar prácticamente 1 de cada 3 personas atendidas. El 80% de las inserciones son en el sector servicios, el 10% en industria y el 10% en agricultura y construcción. El 60% de las inserciones corresponden a mujeres y el 40% a hombres. Sin embargo, la directora de la entidad, Dolors Puigdevall, ha lamentado que la mayoría de los contratos son temporales, aunque siempre intentan buscar empresas que garanticen unos "sueldos dignos". El hecho de que sean ocupaciones temporales hace que muchos de los usuarios no puedan dejar de lado Cáritas y sigan recibiendo el apoyo de alguno de los programas. Por otra parte, a través de la empresa de inserción propia de Cáritas (ECOSOL) se han creado 61 puestos de trabajo (un 22% más que el año anterior). Puigdevall ha remarcado que hay que hacer "más énfasis" en el "trabajo digno" y alerta de que se extiende la figura del trabajador pobre. "Hay una contradicción social, tener trabajo no significa que tengas todas las necesidades básicas cubiertas", reconoce. La entidad también ha reforzado los proyectos educativos en toda la diócesis. Ha llegado a 984 niños y jóvenes a través de programas de apoyo al estudio y los resultados son positivos: el 68,5% de los beneficiarios mejoran los resultados. Esto supone un aumento del 15%. Contrato indefinido En Youssef El Kabouri es uno de los que se ha beneficiado de los programas de inserción de Cáritas. Tiene 23 años y hace siete que llegó de Marruecos. Vivió en un centro de acogida, después en un CRAE y al salir fue cuando accedió al programa de formación con alternancia de la entidad. Entonces ya tenía permiso de residencia, pero no de trabajo Durante un año, cada día recibió dos horas de formación e hizo cinco más de prácticas. Aparte, seguía clases en la Escuela de Adultos. Se le enseñó mecánica de bicicletas y esto le permitió entrar en la empresa de inserción Ecosol. "Me enseñaron cómo montar una bicicleta: el manillar, los frenos, las ruedas...", recuerda. Allí fue donde firmó el primer contrato y estuvo un año completando la formación. "Esto me permitió conseguir el permiso de trabajo", explica El Kabouri. Y a partir de aquí, Ecosol le sirvió como trampolín para tener contrato indefinido. El propietario de Marsan SL, una empresa del polígono de Vilablareix que monta bicicletas –situada a escasos metros de Ecosol- le llamó para ofrecerle trabajo. Ahora, Youssef ya lleva un año y medio trabajando allí. En Montajes Marsan SL trabajan una decena de personas. Casi todas ellas han llegado después de seguir programas de inserción en Ecosol. De media, montan unas 22 bicicletas cada hora. El propietario de la empresa, Jaume Andrés, explica que aparte de la vertiente social, la ventaja que le supone contratar trabajadores que han seguido programas de Cáritas es que "ya vienen enseñados", y esto permite ganar tiempo en la cadena de montaje. Cronificación de la pobreza Durante 2016, la entidad ha atendido directamente a 22.283 usuarios y, según Cáritas, esto supone llegar a beneficiar a 54.943 personas. El volumen es similar al de 2015 –un hecho positivo, según Puigdevall- pero el problema es que la pobreza se cronifica. Si el año pasado el 40% de los usuarios hacía más de dos años que necesitaban el apoyo de la entidad en alguno de sus programas, ahora esta cifra ha aumentado hasta el 66%. De media, cada usuario necesita once atenciones anuales (en 2015 eran nueve). La directora de Cáritas también apunta que cada vez crecen más las consultas de jóvenes que necesitan un alquiler social y que dentro de los programas de vivienda el principal problema es la pobreza energética. El perfil del beneficiario de Cáritas Girona es, mayoritariamente, familias (57%). De estas, el 38% son numerosas y el 27% monoparentales, una cifra que se va incrementando en los últimos años. El 60% provienen de países de fuera de la Unión Europea, el 5% son comunitarios y el 35% de nacionalidad española. Para desarrollar todos los proyectos, Cáritas cuenta con 2.613 voluntarios y 121 trabajadores propios en las 50 Cáritas repartidas por la diócesis. En 2016, registró unos ingresos por valor de 7.174.773 euros y la directora asegura que "siguen batallando" para que las administraciones públicas les otorguen los fondos comprometidos. Programa de familias mentoras De cara a este 2017, y según recoge el nuevo Plan estratégico de la entidad (2016-2020), Cáritas quiere impulsar un proyecto para buscar lo que llama familias mentoras. Se trata de encontrar familias que, voluntariamente, quieran ofrecer apoyo a otras que tienen dificultades. De este modo, se quiere hacer un acompañamiento más cercano y permitir que estas familias reciban consejos y ayuda de alguien con quien se pueden reflejar. "No se trata tanto de dar una atención desde un despacho o a través del asistente social sino de hacer un acompañamiento con más calor para que estas familias sientan que no están tan colgadas en medio de una sociedad", ha remarcado Puigdevall. De momento, el proyecto no se ha puesto en marcha. Valoración de la Renta Garantizada Ante el acuerdo para la Renta Garantizada de Ciudadanía, la directora de Cáritas ha valorado positivamente este paso pero asegura que habrá que estar atentos a ver cómo se despliega. Reconoce que es una ayuda importante que puede descargar presión a entidades como la suya. Según las estimaciones que han hecho, de este nuevo derecho social se podrían beneficiar 1.700 familias, y 550 familias monoparentales. "Si esta renta funciona y se despliega bien, podríamos liberar recursos que ahora destinamos a estas familias y hacer más hincapié en otros programas, pero hoy por hoy es hablar de ciencia ficción hasta que todo esto no se despliegue", ha valorado Puigdevall.