Entre el 8 de mayo y el 16 de junio se desarrolla una nueva campaña de excavaciones arqueológicas en la villa medieval de Roses, situada en el interior de la Ciudadela, que han puesto al descubierto el trazado de una de las principales calles de la villa y parte de las manzanas de casas que la flanqueaban. Los trabajos son impulsados desde la Cátedra Roses de Arqueología y Patrimonio Arqueológico de la Universidad de Girona y el Ayuntamiento de Roses y se integran dentro de un proyecto de investigación cuatrienal aprobado y financiado por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
Marc Bouzas, director de la cátedra, señala que "desde el año 2018, se inició una estrategia de trabajo que tiene como objetivo final la recuperación y estudio de la trama urbana de la villa medieval de Roses".
La zona este de la villa se estructuraba a partir de dos grandes calles norte-sur, que comunicaban la zona del puerto (al sur) con el monasterio de Santa Maria (al norte). Los primeros años de trabajos permitieron recuperar el trazado de la conocida en la documentación medieval como “calle Mayor” y de una de las manzanas de casas que la flanqueaban. Los trabajos de este año han permitido recuperar casi íntegramente el trazado de la segunda calle que ocupaba el sector, conocida en la documentación como “calle Nueva”, así como una buena parte de la manzana de casas anexa, con una veintena de nuevos espacios asociados a los edificios y viviendas de la población, datados entre los siglos XIII y XVI.
La excavación en extensión realizada, explica Bouzas "permite construir un circuito vehiculado a través de las dos calles de la villa antigua, calle Nueva y Mayor, que permitirá al visitante acceder por el mismo paso donde se hacía vida en la época medieval y ver las fachadas de las casas. Se trata de un hecho difícil de apreciar actualmente arqueológicamente, ya que muchas villas han acabado generando ciudades y pueblos en época moderna. La Ciudadela tiene pues un valor excepcional, al permitir mostrar una villa medieval totalmente descubierta sin nada encima".
Lluís Palahí, director de las excavaciones destaca el hecho de que "la recuperación de toda esta trama urbana es importante a diferentes niveles: arqueológicamente e históricamente, la excavación permite seguir la evolución urbana de todo un amplio sector de la villa. Además, la contrastación con la documentación archivística permitirá profundizar en el conocimiento de los propietarios de las diversas fincas, sus ocupaciones y vida cotidiana, así como el reflejo que esta actividad deja en el registro arqueológico."
Estos trabajos arqueológicos desarrollados desde el año 2018, tienen por objetivo avanzar en el conocimiento histórico-arqueológico de la villa medieval de Roses y resultan capitales en la valorización de la Ciudadela como espacio patrimonial, ya que han permitido la rápida integración de los restos descubiertos en los circuitos de visita y poner al alcance del público más de 4.500 metros cuadrados de nuevos espacios, haciendo mucho más comprensible la estructura urbana de la villa medieval. Además, la recuperación permitirá al visitante recorrer la villa siguiendo las calles históricas, facilitando una interacción mucho más inmersiva entre visitante y patrimonio.
Joan Plana, alcalde en funciones de Roses, destaca "el valor e importancia de las campañas arqueológicas desarrolladas en la Ciudadela desde diferentes ámbitos: tienen un enorme valor científico y divulgativo; sentimentalmente, permiten que los habitantes de Roses conozcamos de una manera directa nuestro pasado y cómo vivían nuestros antepasados; y representan también una oportunidad para el ámbito turístico, ya que la Ciudadela, en un único espacio acotado, permite seguir la historia del país desde la época griega hasta el siglo XX".
Guía monográfica
Paralelamente a la campaña arqueológica realizada esta primavera, la edición de la guía monográfica científico-divulgativa que publica la cátedra anualmente, se dedica este año a los objetos de hierro y a los objetos cotidianos encontrados en las diferentes intervenciones, como como tijeras, podaderas, hoces, clavos, cerraduras de puerta... "Unos elementos - señala Marc Bouzas- "que hasta hace poco las tendencias historiográficas ignoraban aunque resultan de gran importancia, ya que permiten complementar el entendimiento de los espacios y conocer las influencias y similitudes entre la vida en la época medieval y la actual".