El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha licitado un contrato para la conservación de 85 kilómetros de carreteras de las comarcas de Girona. En concreto, se trabajará en la N-260, la N-152, la N-154 y la N-155.
El objetivo es poder mantener unas buenas condiciones de conducción y seguridad, a la vez que se promoverán acciones para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia energética. El contrato, que tiene un presupuesto de 8,5 millones de euros (MEUR) y que prevé una duración de tres años, incorpora pliegos especiales que obliga a las empresas que quieran optar a la concesión a incluir el cálculo de la huella de carbono que dejarán en cada uno de los tramos.
Aparte, las ofertas también deberán incorporar un plan de descarbonización en los seis primeros meses de contrato, con medidas de compensación, para conseguir un balance neutro al cabo de cinco años del inicio del contrato. De hecho, aunque los trabajos se prevén para los tres años venideros, se contemplan dos posibles prórrogas de dos años y nueve meses respectivamente. La compensación que deberán prever las empresas que aspiren a través de sus ofertas se hará a través de un plan que habrá que incluir en los criterios de valoración.
Estas medidas de ahorro energético buscan la reducción de las 71.640 toneladas de CO₂ anuales que son lo que genera el mantenimiento de la red de carreteras del Estado, según los cálculos de la Dirección General de Carreteras (DGT).
El objetivo del modelo de conservación de carreteras es ofrecer un servicio integral de movilidad, mejorar el estado de la carretera y la optimización de recursos. Todo ello para poder dar las mejores condiciones de circulación y seguridad posibles al usuario. Esto incluye, entre otros, la conservación de los tramos de carreteras, pero también otras acciones como la elaboración de estudios de seguridad vial.
