viernes, 16 de mayo de 2025
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Los vecinos vuelven al edificio desalojado en Llagostera tras una inspección favorable

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Los vecinos del número 12 de la calle Sant Pere en el centro de Llagostera (Gironès) han podido volver este sábado al mediodía a casa, después de que el Ayuntamiento haya inspeccionado el edificio y considere que “no hay peligro”. Doce personas han sido desalojadas preventivamente de madrugada, cuando se ha desprendido un trozo de falso techo en la habitación de un piso de la segunda planta. Uno de los cuatro inquilinos, Bully Iatabarr, ha agradecido que nadie fuera al dormitorio donde ha bajado los escombros porque, según ha dicho, “si hubiera habido alguien durmiendo, habría muerto”. Los escombros todavía están sobre la cama. Ahora, y por indicación del arquitecto municipal que ha revisado el inmueble, se están apuntalando algunas estancias del edificio para aumentar la seguridad de los vecinos.

Según han informado los Bomberos de la Generalitat, el aviso de este siniestro se ha recibido cuando pasaban pocos minutos de las doce de la noche. Hasta el punto del accidente se han desplazado cinco dotaciones de los Bomberos, que han considerado que el piso donde se ha desprendido el falso techo y el de al lado precisaban atención técnica. De los treinta vecinos evacuados, una veintena han podido volver a casa dos horas más tarde -los de los pisos inferiores- y doce han tenido que pasado la noche en el pabellón municipal.

Este sábado por la mañana, tal y como detallan fuentes municipales, el arquitecto y el arquitecto técnico municipales -acompañados del alcalde de Llagostera, Narcís Llinàs- se han desplazado hasta el edificio para efectuar la inspección técnica, que ha resultado favorable. Desde el Ayuntamiento explican que “no hay peligro” y que, por ello, se ha permitido a los inquilinos volver a su casa. Lo que sí se está haciendo, como medida preventiva, es apuntalar algunas estancias del bloque que se consideran más frágiles.

Mustafá Auurir es uno de los vecinos que ha tenido que ser desalojado. En su piso, les están apuntalando el baño. “Nos han dicho que hay que poner estos puntales, pero es un poco extraño vivir así”, ha afirmado. Tras el accidente, Auurir querría cambiarse de piso porque dice que tiene “miedo”, pero admite que “a pesar de los peligros” no dejarán el bloque porque no disponen de ninguna alternativa.

En la puerta de al lado, donde ha habido el desprendimiento del falso techo en un dormitorio con literas, el inquilino Bully Iatabarr agradece que sus tres compañeros de piso fueran al comedor con él. “Si hubiera habido alguien durmiendo, habría muerto”, dice convencido. Sobre la camilla todavía se puede ver todo los escombros apilados. Iatabarr también tiene miedo: “Se tendría que arreglar el edificio antes de que volviéramos a vivir porque tenemos miedo de estar aquí”.

En el primer piso, Zacaries Rhia ha podido pasar la noche en casa, después de haber tenido que salir deprisa de madrugada. “Buscaremos otro piso porque aquí no podemos vivir, todo el mundo tiene miedo”, ha dicho.

Desde el Ayuntamiento explican que aparte de apuntalar el edificio, ya se han puesto en contacto con el propietario del inmueble para que “tome medidas para que el edificio no se convierta en un peligro para la gente que vive allí”. El edificio es de 1868 y se encuentra en estado de degradación con grietas en muchos pisos.

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