El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, fue a Blanes la tarde de este pasado viernes, en la que ha sido su primera visita oficial a la comarca de La Selva desde que ha alcanzado este cargo.
El jefe del Ejecutivo fue recibido a su llegada por el alcalde de la ciudad, Jordi Hernández, quien le acompañó hasta la Sala de Plenos María Dolores Olmos, donde les esperaban los concejales y concejalas del Ayuntamiento.
Tras los saludos de rigor, el presidente firmó el Libro de Honor del consistorio blanquiazul comentando la anécdota de que justo hace poco más de un año que Salvador Illa ya fue invitado a firmarlo, en aquella ocasión como jefe de la oposición de Cataluña.
Acto seguido, Jordi Hernández obsequió al invitado de honor con una reproducción en piedra del escudo oficial del Ayuntamiento de Blanes.
El presidente y el alcalde tratan varios temas de interés
La visita del presidente de la Generalitat continuó con un encuentro con el alcalde de Blanes en el Despacho de Alcaldía, donde el alcalde blanquiazul le comentó varias cuestiones de interés.
Entre ellas, la saturación que se sufre en las urgencias, uno de los principales motivos de preocupación.
En este sentido, le propuso como posibles soluciones la reapertura de este servicio en alguno de los dos ambulatorios, o bien ampliar las que actualmente hay en el Hospital Comarcal.
El alcalde también le expuso al jefe del Ejecutivo varias cuestiones relacionadas con el transporte público y de comunicación por carretera, continuar con el proyecto iniciado hace unos años de abrir el Camino de Ronda en dirección a Lloret de Mar, o bien la creación de un parque fluvial en el Delta del Tordera.
Finalmente, pero no menos importante, Jordi Hernández destacó la necesidad de poder impulsar la creación de más viviendas sociales para jóvenes y personas mayores con el apoyo del gobierno catalán.
Una vez acabado el encuentro, el alcalde de Blanes acompañó al presidente de la Generalitat para hacer un paseo por la ciudad, saludando a varias personas que se acercaron para saludarles.
El recorrido acabó en uno de los lugares más emblemáticos y visitados de la ciudad donde empieza la Costa Brava: la Roca de Sa Palomera, donde justamente la Costa se hace Brava.