Una fuerte granizada este domingo en Santa Pau (Garrotxa) ha dejado dañados los cobertizos de algunas granjas de la localidad, especialmente de tres de la zona de Els Arcs. Los campesinos se muestran “preocupados” porque ha dejado los tejados “como un colador” y si llueve afectará directamente al ganado.
Además, la mayoría de cubiertos son de fibrocemento y están pendientes de cambiarse por metal, pero lamentan “la lentitud” de las ayudas para poder sustituirlas. La granizada, sin embargo, también ha dejado coches estropeados con cristales rotos y canales de plástico destrozadas. La alcaldesa de Santa Pau, Cris Capó, dice que ya están en contacto con la Generalitat y el gobierno español para solicitar subvenciones.
Lluís Sunyer es el responsable de la finca La Cànova de Santa Pau. Tiene 50 vacas en varios cobertizos, pero sólo uno de ellos está hecho con metal. Los otros dos han quedado completamente agujereados y eso ha hecho que se inundara la zona donde están los animales, lo que ha obligado a adecuar el espacio para que “el ganado esté bien”.
Sunyer explica que hace tiempo que piden sustituir la uralita que cubre los cerrados y acceder a las subvenciones, pero “en la ciudad todo va muy deprisa y en el mundo rural todavía esperamos”. Explica que en cuestión de media hora cayó piedra muy grande y no pudieron “hacer absolutamente nada”, como mover el ganado o intentar protegerlo. “Esperamos que ahora no nos pongan trabas a la hora de cambiar las cubiertas, especialmente las de las vacas y los terneros, que son las más afectadas”, señala.
Junto a la finca de Lluís está la que lleva Bernat Francés, conjuntamente con su abuelo. Ellos tienen 2.000 cerdos en cuatro estancias, todas ellas afectadas por la tormenta del domingo. En concreto, Francés explica que tendrá que cambiar dos de los cuatro cobertizos, mientras que los otros los tendrá que reparar.
Además, sin embargo, se encuentra con un problema con los cerdos y la gestión de los purines. Él tenía previsto acabar el engorde del ganado de aquí a un mes, pero ahora no sabe “dónde ponerlos” y teme que llueva porque eso hace que tenga que adecuar y limpiar la granja, sin tener un lugar para dejar los cerdos.
“Tengo los tejados inservibles, el agua me entra dentro de las naves y no sé dónde meter a los animales. Además, tengo el maldito de tener que reparar el cobertizo”, concreta.
Vecinos afectados
Si el campesinado se ha llevado la peor parte, la granizada también ha dañado especialmente algunos vehículos de Santa Pau, con cristales agrietados o rotos y golpes en la carrocería. Además, muchas canales han quedado inservibles y eso preocupa por la previsión de lluvias para las próximas horas.
La alcaldesa de Santa Pau, Cris Capó, ha destacado que una cincuentena de personas han ido al Ayuntamiento para asesorarse de qué tienen que hacer y ha explicado que pedirán ayuda a la Generalitat y al gobierno español. De hecho, este mismo lunes por la mañana, la edil ha recibido al delegado del Gobierno en la Generalitat, Xavier Guitart y al subdelegado del gobierno español en Girona, Pere Parramon.
“Esperamos que esto sea lo más rápido posible, pero creemos que la voluntad es de ayudar y así nos lo han transmitido”, ha resaltado Capó, que ha explicado que todavía están pendientes de mirar la afectación a las placas solares que tienen en el pueblo y comprobar el estado de la cubierta del castillo. De hecho, este lunes se ha empezado a evaluar los daños con la ayuda de un dron.
Fue “de golpe”
La granizada ha sido el tema de conversación en Santa Pau este lunes. Vecinos y comerciantes coinciden en decir que fue “una sorpresa” y que pasó “de golpe y de forma inesperada”. “Todo de una, el cielo se quedó negro y cayó fuerte. Vamos a intentar salir a cubrir con mantas el coche, pero ya no llegaron a tiempo”, señala la Muntsa Gisbert, vecina de Santa Pau.