sábado, 25 de enero de 2025
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El hospital Santa Caterina de Salt quiere introducir el pescado de proximidad en los menús de los pacientes

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El hospital Santa Caterina de Salt quiere introducir el pescado de proximidad en los menús que ofrecen a los pacientes. De momento, se está trabajando conjuntamente con la lonja de Palamós para saber qué especies que hay en el menú se podrían sustituir por otros peces de proximidad.

El hospital está probando el halibut, un pescado blanco sin piel ni espinas que proviene de Alaska por especies mediterráneas. También se trabaja para incorporar la canana, un pescado muy parecido al calamar con una piel más oscura y unas aletas más cortas, y el pescado para la sopa, entre otros cambios. Hoy en día el hospital sirve 320.000 menús anualmente para pacientes entre desayunos, comidas, meriendas y cenas.

La cocina del Parque Hospitalario Martí Julià de Salt cuenta con 600 metros cuadrados y da servicio a todo el parque que gestiona el Instituto de Asistencia Sanitaria (IAS). Entre ellos se destaca el hospital Santa Caterina, el hospital de día de salud mental, el de Adolescentes, la residencia de los Tileros, el centro de atención La República, la Unidad de Patología Dual y Desintoxicación, Unidad de Referencia para Psiquiatría Infantil y Juvenil y Unidad de Atención a los Trastornos de Conducta Alimentaria.

Esto hace que prácticamente cada día se sirvan unos 900 menús para los usuarios y trabajadores de este recinto. Por ello, desde la dirección del IAS han decidido que quieren apostar por ofrecerles pescado de proximidad. Según anuncia la entidad en un comunicado, el beneficio será doble. En primer lugar, porque se ofrecerá un pescado más fresco a los usuarios. Por otro lado, habrá un beneficio ambiental porque si se consume producto de proximidad se generarán menos emisiones de CO₂.

hospital salto comedor

Esta acción llega después de otras mejoras que trabajan por una mejor nutrición y avanzar hacia la sostenibilidad. Un ejemplo es la acreditación del Amed que obtuvo la cocina en 2016. En este certificado, se exige que haya un 25% de la oferta de primeros platos hechos en base de verduras, hortalizas y legumbres.

Por otro lado, es necesario tener productos integrales y que la mitad de los segundos platos sean pescado o carne magra. También, la distinción exige tener postres lácteos de bajo contenido en grasa y usar el aceite de oliva para cocinar y aderezar.

Además, el comedor también ha eliminado los productos de plásticos y se han sustituido los envases por carcajadas que llevan los trabajadores si quieren llevarse la comida. También se utilizan vasos reutilizables. Esto ha supuesto un ahorro económico de 45.000 euros al año.

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