La Costa Brava pide más claridad con la sequía: “Recuerda la covid”

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Hoteles y restaurantes de la Costa Brava centro piden más claridad al Gobierno con la emergencia por sequía. El sector se pregunta, por ejemplo, cómo se controlarán los límites de consumo con los turistas. “¿Lo tendrá que hacer el establecimiento o bien la Generalitat? ¿Habrá que llevar un registro?”, plantea la gerente del Grupo Costa Brava Centre, Judit Geliol.

El sector reclama que se le aclaren las dudas, y que se haga con suficiente tiempo antes de que reabran los alojamientos. “Nos recuerda un poco la covid, cuando recibimos las normativas de un día para otro“, lamenta Geliol. Hoteles, restaurantes y campings defienden que hacen los deberes, quieren celeridad con las ayudas anunciadas y, sobre todo, les preocupa la imagen que se pueda dar del destino puertas afuera.

El hotel Barcarola de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) es uno de los establecimientos asociados a la marca Costa Brava Centre. Situado a pocos metros de la playa de Sant Pol, hace tiempo que invierte en medidas que le permitan reducir el consumo de agua. Más aún, con el contexto de sequía actual.

Su directora general, Ylonka van Veenendaal, explica que han instalado un depósito que les permite regular la presión del agua y, desde luego, “reducir su consumo en las habitaciones”. Una medida que también se ha acompañado con la sustitución de los grifos para que rayan menos.

En la piscina, el agua que hay ahora está salada. Van Veenendaal explica que prescindir de la dulce les ha permitido “usar menos productos químicos” -como el cloro- y hacer “que el mantenimiento sea menos costoso”. Además, para evitar que el agua se evapore cuando hace mucho calor, el hotel ha instalado una especie de cubierta encima de la lámina de la piscina.

En paralelo, el Barcarola también conciencia a los clientes sobre la necesidad de ahorrar agua. Cuando los turistas se registran, se les explica que Cataluña vinou inmersa en sequía y se les pide contribuir a paliarla, con medidas como “no llenar bañeras o reutilizar las toallas”.

En esta línea, el Barcarola también incentiva a sus clientes regalándoles una consumición en el bar del hotel por cada día que piden que no se les haga la habitación. De esta manera, precisa la directora, se ahorra “tanto el agua de limpiarlas como la de lavar las toallas”. Además, dijeron que, para cerrar el ciclo, trabajan con una lavandería “que usa agua regenerada”.

Bajo el nombre de Costa Brava Centro se reúnen hasta 350 establecimientos (entre hoteles, restaurantes, campings y otros alojamientos). Su gerente recuerda que ya hace tiempo que todos van a la una para reducir el consumo de agua y sensibilizar a los turistas. Y en especial, a partir del verano del año pasado.

Celeridad con las ayudas

“Queríamos confiar en ello, como tantas otras ayudas que han ido saliendo aunque sea a cuentagotas”, dice la gerente. “Sin embargo, ¿cuándo llegarán? De aquí a dos días empezarán a reabrir los hoteles y campings, a haber ocupaciones y quizás las medidas no se podrán llevar a cabo cuando tengamos las puertas abiertas”, se pide Geliol. “Por lo tanto, lo que pedimos es que, si llegan, sean ágiles de pedir”, añade.

En referencia a las piscinas, Judit Geliol también lamenta que la prohibición de llenarlas (o rellenarlas) haya centrado buena parte de los mensajes hacia el sector. “De hecho, nuestros asociados no las han vaciado y las han ido manteniendo durante los meses de invierno; ahora mismo están llenas, pero nos preocupa la evaporación“, concreta la gerente, que aquí también pide que no se les ponga “en el mismo saco” que al resto, en referencia a las piscinas de particulares y comunidades de vecinos.

El turismo representa un PIB muy elevado en nuestra casa y es un sector muy importante.”, afirma. Y ligado con ello, a la hostelería de la Costa Brava centro también le preocupa el mensaje de que se pueda estar dando del destino puertas afuera. “Puede llegar a ser un poco preocupante, y precisamente lo que nos hace falta ahora es que la Administración dé un mensaje positivo”, afirma Geliol, en referencia a la gestión de la sequía.

“Nosotros somos optimistas y de entrada esperamos hacer una buena Semana Santa; ya tuvimos buenas ocupaciones cuando nos encontrábamos con plenas restricciones por la covid“, dice la gerente, volviendo a hacer un paralelismo. Eso sí, es muy pronto todavía para decir cómo irá, porque también dependerá del clima y de las reservas de última hora, como ha pasado en los últimos años”, menciona Judit Geliol.

La sequía no se puede negociar; no estamos hablando de un convenio ni de un impuesto, sino de un problema real”, concluye Geliol. “Por tanto, adoptaremos aquellas medidas que se nos hagan llegar”, concreta la gerente, en referencia a las diferentes restricciones que ha ido dictando la Generalitat ante la falta persistente de lluvias, y las que llegarán ahora con la entrada en emergencia.

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