martes, 2 de julio de 2024
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Blanes celebró ayer la Procesión Penitencial del Santo Cristo

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Coincidiendo con la jornada del viernes santo, siguiendo la tradición de hace muchos años, Blanes acogió durante la noche la más solemne de las celebraciones de la Semana Santa: la Procesión Penitencial del Santo Cristo. Tal y como marca la tradición, el acto recorrió varias calles del casco histórico del municipio, volviendo a atraer una gran afluencia de público que siguió el recorrido del ritual procesional.

La solemnidad con la que transcurre también hace que se la conozca como la Procesión del Silencio, tan solo roto por el sonido de los tambores y el picar de las lanzas en el suelo que hacen los Manaies, así como el canto del Miserere y los temas que interpreta cerrando el recorrido los y las miembros de la Banda y Cobla del Colegio Santa María. El respeto y la veneración que los y las creyentes sienten por esta celebración hace que todo ello esté envuelto por un aire de contenida devoción.

El público está formado por gente de todas las edades, pero sobre todo por personas mayores, que tanto se reúne para contemplar su paso, como para seguir alguna de las cuatro imágenes que componen esta procesión. La liturgia se inicia con lo que se llama Anuncio de la Procesión, que se encargan de hacer los y las miembros de los Manaies de Blanes-Legión V Macedónica.

Se trata de hacer el recorrido de toda la procesión como una avanzada, a paso ligero, de manera que todo el que los ve pasar se da cuenta de que ya falta poco para que empiece. Así pregonan de manera bastante elocuente el inicio de toda la liturgia. La salida y llegada se realiza desde la Plaza de la Iglesia, donde los y las armadas regresaron después de hacer todo el recorrido.

Joan Surís ha llevado la imagen de la Cruz, después de que ya la llevó en 2013

Cuando volvieron de hacer el anuncio de la procesión, los Manaies entraron en el interior del templo, donde todo estaba a punto de empezar, en medio de un silencio contenido. Avanzaron hasta situarse delante del altar, donde ya reposaba hacía rato la Cruz del Santo Cristo. Entonces llegó el momento más intenso de los preámbulos: el sonido de los tambores acompañó el esfuerzo que debe hacer el portante de la cruz para cargarse a pulso los 90 kg que pesa toda la figura que representa el Santo Cristo clavada en la madera de grandes dimensiones.

Este 2024 se ha encargado de llevar la Cruz del Santo Cristo Juan Surís, quien ya la llevó hace 11 años, en 2013. Le pidieron que repitiera la experiencia justo hace tres días, después de que quien originariamente debía hacerlo tuvo que renunciar. Lo acompañaron llevando las dos horquillas que sujetan los brazos de la cruz cuando es necesario su hijo, Xavier Surís –situado a la derecha del portante- y Jonatan Escrivano, hijo de quien lo tenía que llevar.

Para indicar el instante más álgido, la percusión de la banda de los Manaies de Blanes, con un sonido ensordecedor que rebotaba en el templo, acompañó al portante cuando se cargó encima la imagen, soportando todo su peso. Lo rodeaba un silencio sepulcral del público que llenaba el recinto religioso con el aliento contenido. Entonces, lentamente, inició su paso por todo el pasillo de la iglesia.

La imagen de la Cruz del Santo Cristo, que da nombre al acto procesional, es la más antigua y venerada de la Semana Santa blanquiazul, y se estrenó en la procesión del año 1940. Los nombres de los aspirantes a llevarla quedan anotados en una libreta que se conserva en secreto, y hasta la misma noche de Viernes Santo, cuando la imagen se convierte en el centro de la procesión penitencial, no se desvela la incógnita sobre quién es ese año su portante.

La procesión la completan otros tres pasos que también tienen sus respectivas cofradías. Son el Nazaret, el Cristo Yacente y la Dolorosa. En el año 2016 se estrenaron nuevos pendones, los estandartes que los identifican. Detrás de cada imagen se congregan los y las penitentes y fieles que siguen una determinada figura luciendo spoilers encendidos. En algunos casos, incluso añaden todavía otro elemento penitencial: caminan descalzos y descalzos para cumplir alguna prometencia.

Los Manaies de Blanes y otros componentes de la procesión

Precediendo la procesión de las cuatro imágenes, encabezan la comitiva los Manaies de Blanes-Legión V Macedónica. Su paso marcial y pausado abre desde el año 2003 el recorrido de la procesión del viernes santo. El rítmico caminar de los soldados romanos, acompañado de la banda de percusión, tan solo se detiene en varios tramos para que los armados dibujen figuras y formaciones militares como el aspa o molinillo, el pulpo, la fila india o la cremallera. También fue una nueva ocasión para poder ver en acción a la nueva capitana, Soria Moreno.

En el ámbito musical, hay que añadir dos componentes. Por un lado, las intervenciones de la Capilla de Santa Cecilia, dirigida por el músico y compositor blanquiazul Mario Ros. Interpretan piezas religiosas, entre ellas el popular Miserere escrito por el blanquiazul de adopción Mossèn Joan Batlle. Por otro lado, el segundo ingrediente musical lo aportaron nuevamente los intérpretes de la Banda y Cobla del Colegio Santa María, que cerraban la comitiva con un repertorio que también contribuye a que la atmósfera sea solemne.

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