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El acusado de matar a la abuela de 90 años escuchándola en su casa en Sant Gregori (Gironès) el 23 de junio de 2022 se enfrenta a 23 años de prisión. El fiscal le acusa de un delito de asesinato con la agravante de parentesco y la atenuante de anomalía mental.
La acusación pública relata que el procesado irrumpió en el domicilio de la víctima, donde tenía la entrada prohibida por los “conflictos incumplibles” que había tenido con su familia.
Comenzó a discutir con la anciana, la agredió y la arrastró hasta dentro de un lavabo que había en la planta baja. Allí, la escuchó hasta la muerte. Después, el acusado fue hasta el hospital y lo ingresaron porque dijo que no se encontraba bien. También explicó que se había peleado con la abuela.
ESCRITO DE LA FISCALÍA
El escrito de conclusiones provisionales del fiscal Víctor Pillado expone que, hacia las 9.30 horas de la mañana del 23 de junio de 2022, el acusado irrumpió a bordo de un vehículo en el domicilio familiar de San Gregorio.
Allí vivían sus abuelos maternos, la madre con su marido así como sus hermanos. El procesado “tenía la entrada prohibida” en la casa por los conflictos constantes que tenía con la familia. Según el fiscal, esto había generado una “situación de angustia e inseguridad”, sobre todo para la abuela que “tenía miedo” del acusado.
En ese momento, en casa sólo estaba la víctima y el abuelo del procesado, que estaba enfermo y no tenía movilidad. Una vez dentro del domicilio, y “por motivos que se desconocen”, el procesado comenzó a discutir con la anciana.
“Durante esta riña, el acusado a empezar a agredir a su abuela en diferentes partes del cuerpo causándole diferentes lesiones”. Después, la arrastró hasta un lavabo de la planta baja, un habitáculo de “dimensiones reducidas”.
Allí, “la cogió por el cuello y presionó hasta provocarle la muerte por asfixia mecánica por estrangulamiento”. Según el fiscal, el procesado se aprovechó de “la desproporción enorme” en la complexión física entre los dos, se prevaleció de la diferencia de edad porque la mujer tenía 90 años y él 38 y la escuchó cuando no tenía ninguna posibilidad de defenderse o huir: “Tenía colocada a la víctima entre él y la bañera del lavabo, y le impedía la huida porque cubría la única puerta de salida”.
Según trascendió en el momento de los hechos, fue otro nieto de la víctima quien encontró el cuerpo de la anciana, alertó a los servicios de emergencias y los sanitarios certificaron su fallecimiento.
La mujer no tenía signos evidentes de violencia. Poca rato después, sin embargo, un aviso desde el hospital Santa Caterina de Salt (Gironès) hizo saltar las alarmas.
El acusado había ingresado en el centro, diciendo que no se encontraba bien y que se había peleado con su abuela. El sospechoso tenía agarres en las manos. La autopsia confirmó la muerte violenta de la víctima y los Mossos d’Esquadra detuvieron al nieto el día 27 de junio, cuando recibió el alta hospitalaria.
TRASTORNO DE PERSONALIDAD
El fiscal Víctor Pillado expone que, en el momento de los hechos, el acusado sufría un trastorno de personalidad de complejidad elevada que reducía levemente su capacidad volitiva por “una tendencia al paranoidismo, rigidez de pensamiento y tolerancia pobre a la frustración”.
El fiscal le acusa de un delito de asesinato con la agravante de parentesco y la atenuante analógica de anomalía mental y solicita 23 años de prisión. También solicita 9 años de libertad vigilada y que no pueda acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con sus familiares durante 35 años.
En concepto de responsabilidad civil, reclama una indemnización de 140.000 euros para su abuelo y su madre por el daño moral infringido. El caso, por la vía del jurado popular, llegar a juicio en la Audiencia de Girona
